Balance preliminar de mis primeras conversaciones aquí en Santiago con políticos, encuestadores y analistas
1.- Todas las fuentes consultadas me comentan acerca de los resultados de este domingo: “pronóstico reservado”.
Si bien la mayoría de las encuestas apuntan al rechazo, nadie lo da por seguro. El resultado sigue abierto.
2.- Después de una semana para el olvido, el gobierno llega al plebiscito con los pronósticos favorables de las encuestas, pero en los tiempos actuales es difícil asegurar el resultado de una elección hasta no tener las cifras finales.
3.- El país está crispado, el gobierno a la defensiva, por sus propios errores, pero también por una fuerte campaña desde los sectores de oposición.
4.- Ha sido un campaña intensa, marcada por duras declaraciones cruzadas y fuertes cuestionamientos a la franja electoral.
5.- Hay un deseo en ciertos sectores de la ciudadanía de terminar con este largo proceso (dos plebiscitos, varias elecciones en los últimos años) para ponerle brújula al país y enfrentar los grandes problemas que le importan a la gente: el estancamiento económico y el alto costo de la vida, el aumento de la criminalidad y el deterioro de algunos servicios públicos.
6.- Para muchos, este proceso ha sido un fracaso. Y ello se demuestra al ver las opciones que hay para escoger este domingo: la extrema derecha y la derecha, que vota a favor, estaba en contra del cambio constitucional y ahora pide el voto diciendo que todos los problemas serán resueltos si el texto se aprueba. Y el centro izquierda y la izquierda pide ahora votar en contra, lo cual significa que entre el nuevo texto y la “Constitución de Pinochet” (con sus numerosas reformas) prefiere la última.
7.- En resumen, este domingo termina este proceso gane quien gane (el apruebo o el rechazo) pero las divisiones persistirán.
Las opiniones son igualmente diversas en relación a lo que sucedería en uno u otro escenario. Josefina Araos, en una entrevista en LT, asegura que “sea cual sea el resultado el gobierno tendrá por delante una situación muy difícil”.
Eugenio Tironi, por su parte, no cree que los acontecimientos de estos días muevan la aguja, y agrega que “de ganar el En contra, la derecha tradicional debiera decir, ok, vamos a deshacernos de nuestro Trump”.
Cabe recordar que, a partir del año que viene, Chile entra en ruta electoral con elecciones municipales en 2024 y presidenciales a fines de 2025.