Elecciones 2024
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Antiguos rivales de las recientes contiendas electorales en México volvieron a enfrentarse, en las presidenciales de Panamá, el pasado fin de semana.

El domingo 5 de mayo, más de 2.1 millones de panameños acudieron a las urnas para elegir a un nuevo presidente y vicepresidente; 71 diputados a la Asamblea Nacional y 81 alcaldes. El opositor Nito Cortizo (PRD) se impuso a Rómulo Roux (Cambio Democrático) por apenas 2 puntos de diferencia.

Cortizo consiguió la candidatura, tras imponerse en las internas perredistas a otros 16 aspirantes, y arrancó la contienda con una ventaja de dos dígitos sobre Roux, quien previamente ocupó diversos cargos en el gabinete del expresidente Ricardo Martinelli. Esa cercanía, paradójicamente, resultó uno de los principales lastres. Y es que el hartazgo de los panameños por la corrupción de la clase gobernante marcó el rumbo de las campañas.

En tercer lugar quedó el exalcalde de la capital, José Isabel Blandón, postulado por el gobernante Partido Panameñista, y el periodista Ricardo Lombana, quien fue candidato independiente, quedó en cuarto lugar. Las encuestas perfilaban a la ex fiscal general Ana Matilde Gómez como contendiente, pero quedó en quinto lugar.

Con la filtración de los Papeles de Panamá en el 2016 y las reformas del año pasado para mejorar el proceso electoral, la corrupción era una de las principales preocupaciones de los votantes. El hartazgo ciudadano —pronosticaron los encuestadores— podría verse reflejado en un alto abstencionismo. Pero los jóvenes desilusionados, que representan 30% de los 2.7 millones de votantes registrados, acudieron a las urnas y, al final, 75% de los votantes registrados se presentaron a votar.

Rezagado en las preferencias desde el arranque y con el hándicap de que en tres décadas, desde la restauración del sistema democrático, los panameños poco han optado por la reelección.

Con Blandón estuvo Roberto Trad, excoordinador de Estrategia de la campaña presidencial de Ricardo Anaya. Y con Roux, un tándem que involucró a Alejandra Sota y Eduardo Del Río, exasesores de José Antonio Meade, y al estratega digital Sergio Torres.

El candidato ganador fue asesorado por el consultor andorrí Jordi Segarra, quien esta vez tomó revancha de Sota, quien lo relegó del war room de la campaña de Alfredo del Mazo por la gubernatura del Estado de México, hace dos años.

Las elecciones siempre tendrán un ganador. Pero las campañas —pregonan los consultores— dejan ganadores en muchos terrenos. Los mexicanos en Panamá presumen buenas cuentas, dadas las condiciones de la contienda.

Blandón estaba obligado a distanciarse del presidente Juan Carlos Varela, quien había llegado al Palacio de las Garzas en el 2014, con sólo 39% de los votos. Y en la campaña, fue un referente inevitable pues apenas levantaba 7% de aceptación entre los panameños.

Trad llegó a Panamá cuando Blandón registraba apenas 4% de la intención de voto y, pasada la elección, registra 45% de imagen positiva, lo que garantiza su permanencia en la escena política local.

Sota y Torres lograron romper el techo de su candidato. Quedaron a 2 puntos del puntero (con 30 puntos), después de iniciar con 22. “Hicieron una buena campaña tanto de comunicación como política. Rómulo se convirtió en el plan A del presidente Varela, en otro partido. El juego político estuvo impresionante, Cortizo hizo lo que tenía que hacer. Administrar su ventaja y lo hizo bien”, resume un asesor político que trabajó allá.

La gran paradoja de la elección panameña: el principal opositor del presidente, (Blandón) en el partido del presidente. El principal aliado del presidente (Rómulo) en el partido de Martinelli (enemigo a muerte de Varela). De hecho, en diciembre hubo una gran presión para que Blandón se bajara para ser vicepresidente de Rómulo Roux. El que negociaba todo era el propio Varela, que fue mal presidente y peor estratega.

EFECTOS SECUNDARIOS

REBATINGA. Inmersos en fuego amigo desde el arranque de la transición, aprovechando leña de los árboles por caer, en Palacio Nacional brotan más rumores sobre la crisis en la Administración General de Aduanas. El titular de esa dependencia, Ricardo Peralta, ha decidido resistir los embates. ¿El último? Las versiones sobre la llegada a esa instancia de Álvaro Suárez Garza, empresario dedicado a la importación de alcohol y excandidato de Morena al Senado por Nuevo León, quien ganó notoriedad por hacer campaña en el proceso electoral del 2018 disfrazado de luchador bajo el nombre de 5X.

RETORNO. Después de su paso por la administración pública, Carlos Jarque se incorporó al equipo de Carlos Slim, quien hace un lustro lo envió a España, para hacerse cargo de la FCC, la compañía constructora que remodelará el estadio Santiago Bernabeu, en Madrid. El ex secretario zedillista y el presidente del Inegi ocupaba un asiento en esa compañía, en representación del accionista de control Carlos Slim, pero acaba de renunciar al consejo de administración y apresta su regreso a tierras aztecas.

CONTENDIENTES. A diferencia de su intento anterior, Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta, candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, integró un war room con expertos en comunicación política y dejó afuera a los dirigentes partidistas. Y vaya que sí la experiencia lo hizo entender: hace un año, los constantes roces entre Alejandro Armenta y Fernando Manzanilla estuvieron a punto de llegar a los golpes y frustraron su posible victoria. Entre los estrategas que llevan su campaña está el publicista español Ramón Ramón. En Aguascalientes, el abanderado morenista a la alcaldía de la capital, Arturo Ávila Anaya, tiene un padrino de lujo… y no es el senador Ricardo Monreal, sino Hugo Scherer. No obstante, su campaña no ha podido remontar.

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