Elecciones 2024
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En octubre del 2012, después del triunfo electoral de Peña Nieto, Vicente Fox hizo un llamado, a través del programa radiofónico de Óscar Mario Beteta, a “trabajar con el gobierno del presidente Peña, que estoy seguro van a salir muy bien las cosas”. (Si la sintaxis fue mala el pronóstico resultó peor).

Además, confió a Beteta: “La democracia es así, es alternancia en buena medida y en esta ocasión el PRI convenció, en particular, la nueva generación del PRI (que tan buena resultó para robar), el presidente Enrique Peña convenció con su propuesta, estamos viendo cómo ha ido adelante con el tema laboral (y eso —le faltó decir— que aún no toma posesión), y está decidido a avanzar con el tema de energía y de reforma fiscal que son vitales para el país” (y que, durante 12 años, los panistas, entre ellos el de la voz, no supieron, pudieron o quisieron hacer). Pero la que acaparó los reflectores noticiosos fue, por venir de él y estar cargada de sabiduría política, la siguiente frase: “los astros se están alineando a favor de nuestro país”. (Este enunciado bien pudo ser firmado por Vidente Fox, chafísima adivinador).

Lo anterior es historia, lo de actualidad son los comentarios tuiteros de Fox sobre Andrés Manuel López Obrador y sus partidarios. Transcribo, lo que a través de este medio publicó el pasado 31 de marzo: “Las voces que no quieren a @lopezobrador_ en #LaGrande2018 deben hacerse escuchar. No permitamos que estas advertencias pasen desapercibidas por la perrada de Lopitos ¡México merece mejor que él!”. (Eso es indiscutible, México merece llegar al quinto partido y AMLO apenas lleva tres). También escribió en su cuenta: “Lopitos: Uleroooo!! Ulerooooo!!! Ulerooooooo!!!”. Enseguida el erudito y valiente exmandatario retuiteó: “Es que a @lopezobrador_ le falta cultura, capacidad de debatir, inteligencia y un par de esto”, y acompañó la imagen con un par de huevos.

(Paréntesis para que los lectores, independientemente de la opción política de su preferencia, saquen sus conclusiones sobre la manera de rebajar la política a nivel de establo por aquel que pudo haber iniciado un verdadero cambio por el bien del país y que —para hablar en su lenguaje— le valió madres).

Ahora invito a lectoras y lectores a contactar un video, para lo cual es necesario escribir en el buscador de Google la leyenda: “YouTube Fox recibe como presidenciable a Meade”, en el que se puede constatar la visita que hiciera al Centro Fox el, a la sazón, precandidato del PRI y de Peña Nieto, aún secretario de Hacienda, José Antonio Meade. El hoy candidato al que el PRI ya hizo suyo, llegó en un helicóptero —¿de qué dependencia es la aeronave o quién la rentó, de dónde salió, lo irá a contabilizar en su próxima siete de siete?— acompañado del panista senador Ernesto Cordero Arroyo. Fue recibido por algunos miembros de la familia Fox y escoltado hasta donde lo esperaba Vicente, quien ese día estaba, según manifestó, “tronado de un tendón”. A Fox lo acompañaban, entre otras personas, el gobernador panista de Guanajuato, Miguel Márquez, y su esposa —de Fox, obviamente—, la señora Marta Sahagún, quien saludó al secretario Meade: “bienvenido secretario, ¿cómo está?”, con un insólito tono de sumisión.

El 4 de diciembre del año pasado, con Meade ya designado aspirante a la presidencia por el grupo en el poder; el guanajuatense de nueva cuenta hizo uso del Twitter y escribió: “Cerrar brecha entre el México que somos y el que aspiramos a ser, es posible con continuidad y certeza de construir sobre lo ya exitoso. Por esto y más, @JoseAMeadeK es la visión que México merece y el corazón que necesita”. El ex presidente nacional panista Gustavo Madero contestó utilizando la misma herramienta cibernética y su conocimiento de los seres humanos: “Que @VicenteFoxQue tan pendejo!”.

Por su parte, la semana pasada, Andrés Manuel López Obrador anunció que aunque lo llame “Lopitos” y “loquito” piensa cancelar la pensión de Fox y la de los ex presidentes. Según un buen amigo que sabe de la ciencia de gobernar, dice que lo que se les debe de cancelar a los ‘ex’ son las prestaciones —seguros de vida y familiar de gastos médicos, personal de ayudantía y del estado mayor— y no la pensión, la cual, por cobrarla, haría obligatorio para ellos un compromiso con la nación que les prohibiera, por la información privilegiada que manejaron y poseen, el emplearse con empresas y tener o hacer negocios propios.

En la revista Proceso publicada el pasado domingo, el periodista Álvaro Delgado informa que don Rubén Aguilar, que fuera vocero e intérprete de Fox y que ahora es estratega de Ricardo Anaya, se reunió con nuestro Trump de petatiux, con la mira de convencerlo para que apoye al queretano; le hizo ver que si no quiere que gane López Obrador, piense en “un escenario B, no sólo un escenario A, no apueste sólo a uno”. Según Aguilar, le respondió: “Sí. No lo había pensado”. (Lo que Fox quiso decir fue: ¿y yo por qué?).

No obstante la sabia advertencia de don Rubén, el esposo de la señora Marta manifestó que mantiene su apoyo a Meade. (Su maravillosa intuición le hace ver que hay que estar con el tercer lugar hasta que se caiga el sistema). ¡Ah qué Vicente! Me adhiero al Twitter de Gustavo Madero.