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Más de una década no ha bastado, ni el paso de tres administraciones federales, emanadas, sucesivamente, del PAN, PRI y MORENA, ha servido para solucionar el problema de la inseguridad que afecta a los migrantes que cruzan el territorio nacional para llegar a los Estados Unidos.

El 22 de agosto de 2010 ocurrió lo que la CNDH denomina “la primera Masacre de San Fernando”, porque en ese estado se han cometido otros asesinatos masivos.

Los Zetas mataron a 72 migrantes de diversas nacionalidades que iban a Estados Unidos.

En el ejido de El Huizachal, los centro y sudamericanos fueron “asesinados por la espalda, y sus cuerpos fueron posteriormente apilados y abandonados a la intemperie”, según la CNDH.

Fueron masacrados luego de ser secuestrados, por lo que emitió una recomendación, que quedó en letra muerta.

Por lo menos en dos décadas, el secuestro masivo de migrantes no ha dejado de aparecer en las primeras planas y noticieros del país y, en ocasiones, del mundo.

Según el informe de actividades de la CNDH 2022, “el INM reportó que durante el año 2020 se identificaron a 164 personas migrantes relacionadas con el delito de tráfico y 4 con el de secuestro; en cambio, durante el año 2021 identificó a 990 por el primer delito y 31 por el segundo, de tal suerte que en 2021 se calcula un incremento del 503% en el tráfico y 675% en materia de secuestro en perjuicio de esta población”.

Y es que para recorrer a salvo los casi mil 700 kilómetros que separan la frontera sur con Matamoros, Tamaulipas, o los más de 3 mil 800 kilómetros que hay entre el puente fronterizo de Tecun Umán – Ciudad Hidalgo, en Chiapas, hasta Tijuana, Baja California, se necesita más que suerte.

Van unos datos de los más recientes:

En diciembre de 2022, policías rescataron a 23 migrantes, en su mayoría venezolanos, que habían sido secuestrados cuando se dirigían a la frontera con Estados Unidos, mientras otras seis personas que habían logrado escapar de sus captores fueron localizadas tras el rescate, cerca de Ciudad Juárez, Chihuahua.

En abril de este año, fueron rescatadas 86 personas en varias zonas de Matehuala, San Luis Potosí; de esa cifra, 59 corresponden a migrantes de diferentes nacionalidades.

También en abril, el consulado de Ecuador denunció la privación ilegal de la libertad de al menos 30 de sus ciudadanos, en Sonora, por lo que se realizó un operativo en Sonoyta, que permitió el rescate de 63 personas de diferentes nacionalidades.

Y este mes, los días 5 y 6 de mayo, fueron rescatadas 10 y 113 migrantes en San Luis Río Colorado, Sonora, provenientes de El Salvador, Honduras, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, India, Perú, Nepal, Bangladesh, Cuba, Colombia, Brasil y Afganistán.

Esta semana, al menos 50 migrantes fueron secuestrados, otra vez en la zona de Matehuala. Fueron localizados 49 migrantes con la intervención de 650 elementos militares y policiacos. Faltaban por hallar a los choferes y dos migrantes, un venezolano y un haitiano.

Y esos son los secuestros masivos de los que nos enteramos, porque hay muchos más que pasan de noche y quedan en la impunidad.

Es tan evidente que en México la protección de los migrantes es una tarea fallida, que el propio presidente López Obrador dijo en la Mañanera: “la travesía hacia el norte es riesgosa en extremo”.

Si así lo afirma en público el presidente, ¿cómo estará de grave la situación?

Patriotas y traidores
¡Por caridad, alguien tenga lástima de la VILCHISmosa! Lleva semanas recetándonos que los americanos financian a opositores a través de la “yu es ai di”, cuando la USAID es, en realidad “yu es eid”.

Hasta para rebuznar hay que saber el tono y si no, que pregunte.