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Quedan incógnitas por despegar, pero queda claro que Alfa es el grupo privado mexicano más adelantado en el sector energético.

Alfa es la empresa mexicana más adelantada para aprovechar oportunidades en la naciente industria privada de los hidrocarburos. La joint venture con Pacific Rubiales es la más reciente prueba de ello. El conglomerado regiomontano une fuerzas con la mayor empresa petrolera de América Latina que no pertenece a un gobierno. Participarán juntos en la Ronda Uno de licitaciones. También buscarán otras oportunidades en México.

El socio de Alfa es una empresa que vale alrededor de 4 mil millones de dólares. Es el mayor productor de Colombia, por encima de la estatal Ecopetrol. Fue fundada en la década pasada por expertos en la industria, entre los que predominan ex altos ejecutivos de PDVSA. Su presidente, Ronald Pantin, llegó a ser el presidente de exploración de la petrolera venezolana.

La empresa conjunta de Alfa y PR será una de las empresas mejor integradas para competir en las licitaciones que vienen. El grupo que preside Álvaro Fernández Garza tiene músculo financiero y ha desarrollado experiencia en la explotación de campos shale, gracias a su asociación con la estadounidense Pioneer para la explotación de pozos de gas natural en Eagle Ford, Texas. Allá llevan más de un lustro y tienen más de 300 pozos.

Pacific Rubiales es reconocido como experto en el terreno de los crudos pesados, como los que predominan en México. El hecho de que sus operaciones sean en América Latina les coloca en posición de ventaja para entender las particularidades de la región. En Colombia han podido crecer a gran ritmo, a diferencia de otras empresas que se han visto en dificultades por temas como violencia. Antes del aviso de la empresa conjunta con Alfa, Ronald Pantin había dicho que PR tiene listos mil millones de dólares para invertir en México.

Los títulos de Alfa subieron luego del anuncio. Los de PR se desplomaron. Cayeron más de 13 por ciento, en lo que fue su peor jornada en los últimos cinco años. Los analistas consideran que la alianza cancela o posterga indefinidamente la toma de control de PR por parte de Alfa. Este escenario se consideraba muy probable porque los regiomontanos habían incrementado su participación en PR hasta 19 por ciento. Las quinielas se calentaron a principios de noviembre cuando los accionistas de Alfa aprobaron una emisión de acciones por mil 200 millones de dólares. El objetivo, se dijo, era incrementar la participación del conglomerado en la industria energética.

El no invertirlos en PR le da flexibilidad a Alfa. Por eso suben sus acciones. La joint venture le conviene más a los regiomontanos porque ellos ya tienen un pie dentro del accionariado de sus nuevos socios.

Quedan incógnitas por despegar, pero queda claro que Alfa es el grupo privado mexicano más adelantado en el sector energético. Pronto vendrán anuncios de otros gigantes, como Carso de Carlos Slim y Mexichem de Antonio del Valle. En todos los casos se tratará de alianzas internacionales y cientos de millones de dólares. Es un industria donde el boleto de entrada vale billones pero no basta. Aquí, el dinero sin tecnología y experiencia sólo sirve para hacer hoyos más grandes.