Una decisión técnicamente discutible, que evitó fugas de información… pero obligó a desechar todas las computadoras de la sede central y las delegaciones de la dependencia en el interior de la república
Los sistemas de la Comisión Nacional del Agua cumplen una semana, fuera de línea. Los equipos de cómputo fueron desconectados y la red informática que los 142 sistemas integrados a la red con la sede central siguen desactivados para evitar más afectaciones.
El “incidente de seguridad informática” fue reconocido el pasado jueves 13, aunque el ataque —de acuerdo con los primeros peritajes— pudo ocurrir durante la Semana Santa. ¿La consecuencia inmediata? Que los empleados de la dependencia a cargo de Germán Martínez fueran “invitados” a hacer home office… hasta nuevo aviso.
La medida aplicó al “personal cuyas funciones sean desempeñadas exclusivamente con equipo de cómputo”; el resto fue autorizado a presentarse a los centros de trabajo con la prohibición expresa de no encender los dispositivos, de acuerdo a las indicaciones de José Antonio Zamora Gayosso, subdirector general de administración. Incluso, las guardias que fueron implementadas para ofrecer servicios al público, mientras dure esta contingencia.
La titular del área, Alejandra Icela Martínez Rodríguez, informó del incidente a la Coordinación de Estrategia Digital Nacional, y ordenó el despliegue del personal de la gerencia de tecnologías de la información para mitigar este ataque informático, inicialmente atribuido a una “campaña negra” contra dicha funcionaria, cuyos responsables intelectuales serían empresarios afectados por la cancelación de concesiones y contratos.
Las oficinas centrales de Conagua —no obstante haber sufrido un incendio de gran magnitud, hace tres años— albergan un centro de datos, que hospeda la plataforma Conagua en línea. De la salvaguarda ese sistema de tramitación o de la funcionalidad del Registro Público de Derechos de Agua, no hay informes precisos
Las deficiencias en los procesos de seguridad de la información en Conagua se han extendido a lo largo de una década, según consta en los informes de la Cuenta Pública de la Auditoría Superior de la Federación. Ese organismo descentralizado, adscrito a la Semarnat, gastó 6,000 millones de pesos entre el 2014 y 2018 en sistemas de información e infraestructuras tecnológicas.
La Universidad de Colima quedó como proveedora de los servicios integrales requeridos por la Coordinación General del Servicio Meteorológico Nacional, mientras que la firma INNDOT ganó el contrato para desplegar el pronóstico meteorológico por municipio a través de la web y aplicación móvil; Indra fue contratada para prestar el servicio de simplificación administrativa e integración digital de trámites electrónicos y Theos y Mainbit quedaron a cargo de los servicios de cómputo personal. La vigencia de esos contratos se extendió hasta el 2019, mientras Blanca Jiménez Cisneros estuvo al frente de la dependencia.
La austeridad republicana incluyó la cancelación de los procesos para adquirir nuevos equipos de cómputo en las dependencias federales, lo que obligó a extender los contratos multianuales suscritos durante la anterior administración, pero también a procesar información sensible con software desactualizados, licencias piratas y sin programas de protección.
La coordinación de la Estrategia Digital Nacional no ha podido frenar los ciberataques. Petróleos Mexicanos estuvo bajo asedio de los hackers y a mediados del año pasado, también tiraron los sistemas de la Secretaría de Infraestructura… para cortar la propagación del virus informático.
Una decisión técnicamente discutible, que evitó fugas de información… pero obligó a desechar todas las computadoras de la sede central y las delegaciones de la dependencia en el interior de la república.