Elecciones 2024
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La noticia marcó la agenda política y, pienso, que la seguirá marcando hoy: Margarita Zavala renunció a su candidatura a la Presidencia de la República. La noticia la dio la aspirante independiente durante la grabación del programa Tercer Grado que pasará esta noche, precisamente, cuando el texto que en este momento redacto ya esté en manos de la edición de El Economista.

Antes de acudir a Televisa Chapultepec, donde se grabó el precipitado programa en el que anunció su decisión de dejar la contienda electoral, Margarita se presentó ante empresarios de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). Ahí, la en ese momento candidata, expuso sus ideas sobre la creación de políticas en materia de educación, salud y empleo; habló sobre los indignantes casos de corrupción como Odebrecht y el socavón del Paso Exprés. Según las notas periodísticas, la asistencia a dicha reunión fue más bien escasa. Nadie puso en claro si la exigua concurrencia fue producto del bajo poder de convocatoria de la señora Zavala, o fue debido al éxodo, sin retorno, de los ahí reunidos cuando sonó la alarma sísmica a las 9 con 20 minutos de la mañana.

Hasta el momento de escribir lo que usted está leyendo no se sabe bien a bien cuál es el verdadero motivo por el que la ex primera dama abandonó la lid electoral; ella argumentó, a través de las redes sociales, que lo hizo “por un principio de congruencia y honestidad política”. Llegó a correr el rumor de que el dinero destinado a su campaña se acabó. Otra versión, recogida por la redacción del portal de noticias sinembargo.mx, indica que fue presionada por algunos empresarios, contrarios a Andrés Manuel López Obrador, que pugnaron por su dimisión e insistirán en la de José Antonio Meade, con la intención de que los votos de ambos se vayan con Ricardo Anaya, el candidato del voto útil. (Aquí el escribano abre una interrogante: ¿quién les garantiza a los señores empresarios aquí aludidos que al retirarse de la lucha presidencial, Margarita y el candidato al que apoyan el PRI, el Verde y el Panal, los electores les van a dar, de manera automática, sus votos al joven queretano? Recuerden que “los chairos” —en el sentido de las masturbaciones mentales— están en otro lado).

La verdad es que la señora esposa de Felipe Calderón siempre tuvo pocas probabilidades de ganar. En la medida en que transcurrió el tiempo, su figura se fue desdibujando y su porcentaje en las encuestas de intención de voto bajó. Según Consulta Mitofsky en octubre del año pasado, cuando renunció al PAN y lanzó su candidatura independiente, doña Margarita tenía el 8.9 por ciento de la intención de voto, en el actual mes de mayo sólo tuvo un 2.9%.

En el marco de los bajos porcentajes demoscópicos alcanzados por la presunta exaspirante expanista, comparto con los lectores lo que me envió mi amigo César González a través del WhatsApp: “La renuncia de Margarita fue después del sismo de 5.3, no pudo soportar que tuviera más puntos el sismo que ella”.

Por supuesto que la gran noticia fue recibida con optimismo por los demás candidatos, pensando, tal vez, y con todo respeto, en el mexicano refrán que a letra dice: Entre menos burros, más olotes. El único que, hasta el momento de pergeñar estas líneas, no ha hecho ningún comentario ha sido López Obrador, tal vez se quedó en pausa contemplando, con sorpresa, cómo desde que comenzó el proceso electoral, él no dio la nota del día.

El candidato del PRI que no es del PRI, José Antonio Meade, a través del Twitter expresó: “Mi mayor respeto y admiración a Margarita Zavala, mujer honesta, inteligente y congruente”. Por su parte, Ricardo Anaya, tuiteó: “Margarita Zavala, mujer valiente y de principios. Sus aportaciones al país, y en particular a esta contienda electoral, han sido muy valiosas”. (Como diría el clásico —en realidad la clásica—, ¿usted le cree a Anaya? Yo tampoco).

Por otro lado, Jaime Rodríguez “El Bronco”, al parecer, cree que por ser el único independiente —es un decir— que queda en la pugna por la grande, es el heredero natural de los votos que Margarita dejó. A través de un video transmitido por las redes sociales manifestó: “¿Qué pasó, raza? Me da mucha pena que Margarita se haya bajado del caballo (…) Les dije desde el principio que no era independiente. Van a ver que el día de mañana va a decir me voy con Meade o me voy con Anaya (…) Sé que mucha gente de la que seguía a Margarita, pues la seguía porque era independiente, o porque se decía independiente.

Hoy yo creo que toda esa raza, ayúdenme, ¡eh! (Sic-taxis)(…) Éste es un ejemplo de las perversidades que se dan en la política. (Si lo sabrá él que durante más de 30 años fue priista) Ya ven que no era yo, era ella la que, en cierta medida, el sistema preparó para eso”.

Al único que sentí sincero en su comunicado tuitero fue, obviamente, a don Felipe Calderón que escribió: “Todo mi respeto, mi admiración y cariño para Margarita Zavala. Es una mujer valiente, de una enorme honestidad política, que siempre decide pensando en lo que es mejor para México”. (Sólo le faltó decir: ¡Brindemos por ella!).

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