Minuto a Minuto

Internacional ONU ofrece misión en Ucrania; advierte que alcanzar la paz “no será fácil”
La ONU está "determinada a proporcionar cualquier apoyo" para lograr una paz justa en Ucrania, con lo que podría desplegar a los cascos azules
Nacional Sheinbaum cuestiona negociaciones de EE.UU. con narcotraficantes, tras entrega de familiares de Ovidio Guzmán
La presidenta Sheinbaum dijo que EE.UU. debe informar sobre el pacto al que Estados Unidos llegó con Ovidio Guzman
Economía y Finanzas “Es una injusticia”: Sheinbaum critica iniciativa en EE.UU. de gravar remesas
La presidenta Sheinbaum criticó la iniciativa de congresistas republicanos de gravar con un 5 por ciento las remesas de migrantes
Nacional Localizan a 3 integrantes de familia secuestrada en Sinaloa
Autoridades de Sinaloa siguen en la búsqueda de Hendrika María, secuestrada junto con su hija y nietos, quienes fueron localizados con vida
Nacional Mr. Beast tenía permisos del INAH para grabar en zonas arqueológicas: Sheinbaum
La presidenta Sheinbaum pidió al INAH informar sobre el video grabado por Mr. Beast en Calakmul y Chichen Itzá

Muy inquieto está el gobierno viendo pasar los meses sin que sus proyectos den muestra de avance y certidumbre de conclusión.

El elefante reumático que es el Estado, según el afortunado dicho del Presidente, no puede cubrir con sus lentos reflejos el cambio frenético que quiere el gobierno.

Al paso del elefante estatal, la transformación prometida por el gobierno tardará años en llegar, y solo quedan tres: de aquí a 2024. En realidad solo dos, pues el tercero es de elecciones, y para entonces habrá que entregar algunos resultados: al menos parte del nuevo aeropuerto, de la refinería de Dos Bocas, del Tren Maya, del canal Transístmico; un Pemex no tan quebrado, una CFE no tan deficitaria, programas sociales cumplidos.

En suma: un Estado activo, rector de una transformación rebosante de obras, programas, inauguraciones.

Para alcanzar ese estado de gracia transformativo, el gobierno descubrió que debía transformar también al elefante reumático, volverlo un atleta.

Entonces, anteayer, el gobierno emitió un decreto para quitarle las restricciones al elefante, de modo que pueda moverse sin estorbos, como un bólido de Fórmula 1, en el coto de caza de la obra pública. Basta de escalones para las reumas del elefante, se dijo el gobierno.

Ya está bastante viejo como para que además deba sortear obstáculos, permisos, dictámenes, licitaciones. Por esto, en el acuerdo emitido anteayer, el gobierno “instruye a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal a otorgar autorización provisional a la presentación y/u obtención de los dictámenes, permisos o licencias necesarias para iniciar los proyectos u obras, y con ello garantizar su ejecución oportuna”.

El acuerdo añade: “La autorización provisional será emitida en un plazo no mayor de cinco días hábiles. Transcurrido dicho plazo sin que se emita la autorización provisional expresa, se considerará resuelta en sentido positivo”.

La gramática no es clara, pero el mandato sí: fuera máscaras, fuera controles burocráticos, dejen de fastidiar al elefante.

El elefante liberado no engendrará eficiencias, sino algo parecido a aquellos gremlins de la película de Steven Spielberg: faunas de funcionarios y contratistas sin control, insaciables, salidos de todas partes, pelando el presupuesto.