La creación del Insabi hizo desaparecer el Seguro Popular, que daba protección médica a 15 millones de mexicanos
La mayoría gobiernista en la Cámara de Diputados ha legislado la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar. Lo ha hecho a través de su mayoría ciega, una mayoría que ha renunciado al mínimo decoro legislativo de leer lo que aprueba.
Aprobó decretar la muerte de lo que nunca nació, esa institución nonata, el Insabi, cuyo parto, sin embargo, causó uno de los mayores daños que haya impuesto este gobierno a la nación.
La creación del Insabi hizo desaparecer el Seguro Popular, que daba protección médica a 15 millones de mexicanos.
Sobre esa desprotección cayó la pandemia del covid, cuyos estragos fueron de alrededor de 750 mil muertos en exceso, uno de los mayores del mundo.
Durante el debate en la Cámara, Salomón Chertorivski, legislador de Movimiento Ciudadano y ex secretario de Salud que sabe de lo que habla, hizo un apunte numérico de lo que el Insabi canceló al deshacer el Seguro Popular.
Se dejaron de realizar más de 40 millones de consultas externas, 7 y medio millones de consultas de alta especialidad, 1.3 millones de mastografías, 1.6 millones de pruebas de papanicolaou, y el gasto de bolsillo de los pacientes creció en 40%.
Muy dolorosamente, agrega Chertorivski: murieron cerca de 3 mil niños por falta de medicamentos contra el cáncer.
Números finales del desastre: la esperanza de vida al nacer de los mexicanos se redujo cuatro años.
Todo eso sucedió durante el parto del Insabi.
Ahora sus parteros lo encuentran inviable, y deciden cancelarlo para dar otro salto mortal, hacia un injerto igualmente irreflexivo: remeter al Insabi en el ahora llamado IMSS Bienestar.
Desde el punto de vista institucional, aunque ambas entidades se dediquen a la salud y a la seguridad social, son cuerpos administrativos y legales incompatibles.
Empezando porque el IMSS se financia en dos terceras partes con dinero privado, con cuotas de empresarios y de trabajadores, mientras que el Insabi usa sólo dinero público.
Quien crea que el IMSS y el Insabi pueden fundirse con un desplante de voluntarismo legal, acusa una forma de ceguera paralela a la elegida por los legisladores del gobierno para legislar.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/insabi-la-muerte-de-lo-que-nunca-nacio