Elecciones 2024
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La declaración que la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, hizo en vísperas de las movilizaciones del domingo y las ausencias de ayer, en el sentido de que las mujeres están enojadas pero no con el gobierno, fue desafortunada porque en vez de rendir cuentas de lo que hace la 4T para enfrentar la violencia de género con acciones de justicia, convirtió su conferencia en un acto político innecesario de apoyo al Presidente.

Acompañada por las secretarias del Trabajo, Economía, Bienestar, Función Pública y Cultura, así como las que encabezan el Instituto de la Mujer y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (una de éstas expresó que las ocho funcionarias integraban “la gabineta”), la ex ministra dijo que la movilización “es oportuna y necesaria para avanzar” en los derechos de las mexicanas y reconoció: “Sí están enojadas, y están muy enojadas, pero están muy enojadas con las violencias que sufren en su familia, en su centro de trabajo, en su ámbito laboral, en su ámbito privado; la violencia política, la violencia económica, la violencia intrafamiliar, la violencia en todos sus ámbitos de su vida privada y pública. Por eso están enojadas, no están enojadas con el gobierno”.

Y la titular de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, soltó: “Nunca más nos quedaremos calladas, nunca más nos quedaremos solo en la casa, nunca más seremos confinadas a las paredes del hogar (…) y haremos gala de que somos miembras de un gobierno feminista encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador”.

Los enredos en el equipo presidencial tienen su explicación en la contrariedad que provoca en López Obrador la tumultuaria protesta. A la pregunta de si es feminista, prefirió definirse “humanista”. Y ayer, aunque felicitó “a todas las mujeres que participaron en el movimiento del día de ayer en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer”, no resistió decir:

“Este movimiento tiene varias aristas”, una “de quienes están en contra nuestra y lo que quieren es que fracase el gobierno. Es el conservadurismo disfrazado de feminismo”, y reprochó la cobertura periodística de las marchas porque, mintió, “nunca tuvimos cobertura como ayer”.

Lo bueno, dijo, es que “no pudieron los conservadores articularse, siguen sin poder agruparse para formar todo lo que conocemos como reacción, siempre que hay un movimiento de transformación hay como respuesta un movimiento reaccionario, así fue en la Independencia, así fue en la Reforma, así fue en la Revolución. Ahora están moral y políticamente derrotados. Como decía el presidente Juárez: ‘el triunfo de la reacción es moralmente imposible’, eso también lo tenemos que tomar en consideración…”.

¿Cómo cuántas dependencias de su gobierno respaldaron el llamado a la invisibilización de ayer? ¿Acaso las confió a sus enemigos?

¡Uy! Con cuántas “conservadoras” y “reaccionarias” derrotadas de antemano tiene aún que lidiar…