Elecciones 2024
Elecciones 2024

La antropóloga Janine Wedel, experta en élites, expone que un factor clave para explicar el ascenso de Trump es la crisis de confianza en las instituciones cívicas. Los enemigos de la apertura comercial y de los derechos de los migrantes están empoderados.

El Brexit no fue una casualidad. Lo confirma el ascenso y triunfo de Donald Trump. El republicano ganó atacando la migración y el libre comercio. Por la forma en que triunfó, es muy probable que cumpla algunas de sus promesas: cambio de reglas comerciales con México y reglas más duras contra los migrantes.

No esperen mucho de los contrapesos en el legislativo al nuevo presidente de Estados Unidos, porque los tiempos están cambiando. Trump derrotó no sólo a Clinton, sino a la maquinaria de su partido. Llega a la Casa Blanca con una agenda construida sin dialogar con los líderes del partido.

Los republicanos tradicionalmente estaban a favor del libre comercio, pero ahora viven una crisis de identidad, también en este frente: la mayoría de los simpatizantes republicanos quieren medidas proteccionistas.

Los pronósticos fallaron porque pusieron mucho énfasis en los personajes y menospreciaron cuestiones estructurales. La movilidad social ha dejado de caracterizar a la sociedad estadounidense. Fue una batalla del sistema contra el antisistema; de los “ganadores” contra los “perdedores”. Ganó Trump por las mismas razones que ganó el Brexit. Es mayor el número de personas que siente que su situación económica está peor ahora que hace una o dos décadas.

El Brexit fue la vía de expresión de los británicos que no habían visto los beneficios de pertenecer a la Unión Europea. Podemos decir que estos fueron manipulados por políticos populistas, pero el hecho es que en las urnas fueron más que los supuestos “ganadores” con la UE. Lo ocurrido en Gran Bretaña fue como un virus que contagió la elección de EU.

El mensaje de Trump caló fuerte en lugares que han sufrido la pérdida de empleos industriales. Encontró también terreno fértil en personas con escaso nivel educativo. En ninguno de los dos casos importaron las explicaciones economicistas a favor del libre comercio. Están enojados y al hígado no le importan los argumentos macroeconómicos.

Para entender lo que está pasando, hay que escuchar nuevas voces, como a la antropóloga Janine Wedel, experta en élites. Ella expone que un factor clave para explicar el ascenso de Trump es la crisis de confianza en las instituciones cívicas: gobiernos, legislaturas, tribunales y medios de comunicación.

Esta crisis de confianza tiene como expresión más clara a los grupos que se consideran a sí mismos como outsiders. Son gente que ha encontrado puertas cerradas en su búsqueda de acceso a las oportunidades y busca la “salvación” en figuras anti-establishment.

Vienen tiempos difíciles porque el movimiento no se detendrá en el Brexit y Trump. Vienen elecciones en varios países de Europa. Los enemigos de la apertura comercial y de los derechos de los migrantes están empoderados. El Acuerdo Transpacífico no está muerto, pero huele a pasado.

La globalización se encuentra ante la peor crisis desde su nacimiento, a fines de los ochenta del siglo pasado. Lo dicen las urnas, las mentes brillantes como Wedel y también las cifras. Las exportaciones como porcentaje del PIB mundial alcanzaron su pico hace dos años y han empezado a declinar; lo mismo ocurre con los acuerdos de libre comercio: están en su punto más bajo en dos décadas. Ha llegado el momento de repensar la globalización.

[email protected]