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Sismo de 19 de septiembre, con mayor movimiento que en 1985
Foto de Internet

Si bien el sismo del pasado 19 de septiembre no fue el más fuerte que ha impactado a la Ciudad de México, se percibió con mayor fuerza en la capital del país debido a su cercanía y a la forma en que reaccionó el suelo de la zona.

Al respecto, el Instituto de Ingeniería de la UNAM realizó un mapa comparativo sobre la aceleración del suelo en ambos sismos. En este, se puede ver como el sismo magnitud 7.1 tuvo un efecto más fuerte y sobre una zona más extensa que el que devastó la capital en 1985.

Asimismo, el estudio demuestra que el movimiento en 1985 fue del orden de 32 Gal (unidad que mide la aceleración del suelo durante un sismo), mientras que en el ocurrido el pasado martes alcanzó 58.83 Gal.

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Foto de Excélsior

El terremoto se sintió con mayor intensidad en la zona de Lomas Estrella, en Iztapalapa, donde numerosos edificios terminaron por colapsar, además de generar cerca de 800 fugas de agua y afectó la extracción del líquido en 68 pozos.

Leonardo Ramírez, investigador del IIUNAM, explicó que el reciente sismo “emitió menos energía, pero fue (percibido) más intenso para la Ciudad porque estaba más cerca”.

Al efecto que tuvo sobre el suelo blando de la capital se añade que el terremoto de 1985 ocurrió a 400 kilómetros de distancia de la capital del país, mientras que el más reciente ocurrió a solo 120 kilómetros en línea recta.

El investigador recalcó que el sismo colapsó varias estructuras que no fueron reforzadas tras el terremoto ocurrido hace 32 años, así como en algunos edificios nuevos que no son revisados por el gobierno delegacional, capitalino o por un tercero.

“La supervisión de los proyectos en los edificios grandes sí la hay, en centros comerciales, de vialidades, pero en la mayoría de edificios de 8 o 10 pisos no los revisan, ni la delegación, ni el gobierno local, ni un tercero”, explicó.

La autoridad ha estado presente para el cumplimento de los usos de suelo, pero no en lo estructural, que le da seguridad a la construcción”, concluyó Eduardo Reinoso, también investigador del IIUNAM.

Con información de Excélsior