Los sacerdotes fueron vistos tomándose fotos con armas de grueso calibre y tomando bebidas alcohólicas antes de morir
Este martes, el fiscal de Guerrero, Xavier Olea, afirmó que los dos sacerdotes ejecutados en la carretera federal Iguala-Taxco consumieron bebidas alcohólicas y fueron vistos con armas de grueso calibre en una fiesta organizada por el narcotráfico el 4 de febrero.
“En dicho baile celebrado en Juliantla, con información de inteligencia se tiene conocimiento que acudieron muchas personas pertenecientes a diversos grupos delictivos, tanto del Estado de Guerrero, como de los Estados de Morelos y Estado de México”,
En conferencia de prensa, el funcionario señaló que los párrocos Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes “salieron imprudentemente a las 19:00 horas, el 4 de febrero con dirección a Taxco, donde hicieron una parada en un hotel”.
Añadió que en el caso de Germaín Muñiz García fue fotografiado armado y en compañía de dos hombres igualmente armados.
“Se tiene conocimiento de que los sacerdotes acudieron a dicho baile, estuvieron ingiriendo bebidas alcohólicas, lo que implica para ellos una imprudencia”, concluyó.
En entrevista con Carlos Loret de Mola, el fiscal señaló que los curas se vieron envueltos indirectamente en una gresca entre grupos rivales.
Señaló que las investigaciones señalan que confundieron a los padres con miembros de una agrupación delictiva, a causa de la fotografía en la que salen ambos.
Hasta el momento, se desconoce la organización criminal a la que pertenecen los agresores, pero se sabe que interceptaron a las víctimas en un auto robado y se intuye que pertenecen al Estado de México.
Con información de Excélsior