Las reliquias de San Juan Pablo II fueron depositadas en un nicho elaborado por la comunidad católica en la parroquia de San José, en Jiutepec, Morelos
Miles de feligreses recibieron con toda su fe y esperanza las reliquias de San Juan Pablo II, que consisten en una gota de sangre encapsulada, en Morelos, dañado por la creciente violencia que ha vivido en los últimos años.
El vestigio del Santo Padre fue depositado en un nicho elaborado por la comunidad católica ubicado en la parroquia de San José, municipio de Jiutepec, Morelos.
El traslado de sus reliquias fue iniciativa de Tomasz Chlebowski, párroco de la iglesia y amigo personal del cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario particular de Juan Pablo II y con quien convivió durante su estancia de estudios en Roma.
La gota de sangre se encuentra dentro de una escultura que no mide más de 20 centímetros y al principio fue colocada cerca del atrio para recibir la bendición del arzobispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro.
“Es importante tener un apoyo en esta situación en la que vivimos aquí en Parres y en Jiutepec; hay mucha violencia (…) cada día llegan las personas heridas de esta violencia que perdieron (a) sus hijos”. dijo a EFE Chlebowski.
Para el sacerdote, esta reliquia significa una fuente de espiritualidad, y aunque las gotas de sangre son pequeñas serán conservadas y esperan que esta acción derrame bendición de amor y paz, no solo a Morelos sino para México y el mundo.
Juan Pablo II, conocido como el Papa viajero, visitó México en cinco ocasiones, la última en 2012, y fue muy querido por los mexicanos, así la recuerda Marta Alicia, una de las devotas que acudió a admirar las reliquias y quien vio al religioso en dicha ocasión.
“Realmente pues pasó muy rápido, pero fue tanta la emoción y la aclamación de todos en ese momento (…) lo teníamos frente a nuestros ojos, fue un segundo, pero nos llenó de gozo en el alma y los ojos se nos llenaban de lágrimas de tanta emoción”, afirmó.
Ese corto instante fue suficiente para que Martha se convirtiera en una fiel devota del ahora San Juan Pablo II, por lo que hoy volvió a revivir esa alegría.
“Yo desde ahorita me siento muy emocionada desde que llegué en la mañana dije ‘se llegó el día’, es como si estuviéramos preparando una fiesta muy significativa”, señaló.
Castro Castro aprovechó la visita de las reliquias para pedir la intervención divina de Juan Pablo II en casos como la paz entre Ucrania y Rusia y en Oriente Medio.
Pero, especialmente, dijo “pedir por la paz en México, en Sinaloa, Michoacán, en Guanajuato, todos estos lugares donde la violencia se ha puesto verdaderamente preocupante”.
Aseguró que la motivación que genera la reliquia servirá para reforzar la fe y la oración para el bienestar del mundo como el daño que sufrieron en Florida, Estados Unidos, por el paso del huracán Milton; y en Guerrero, México, con los desastres naturales.
“Entonces vamos a pedir como también habremos de pedir por todo lo que está sucediendo con estas víctimas de fenómenos naturales como lo es el huracán ‘Milton‘ que ha arrasado y dañado a Florida; desde luego vamos a pedir por los enfermos y por los jóvenes”, señaló.
La construcción del nicho está blindada con tres vidrios templados para el resguardo y podrá ser visitada por fieles y no creyentes de otros lados del mundo.
Por ahora solo tres estados de México son los que cuentan con una reliquia de primer grado: Puebla, Campeche y Morelos.
Con información de EFE