Yadira Ramírez narró el momento en que murieron su esposo e hijas en el fuerte terremoto ocurrido hace una semana
Yadira Ramírez es una de aquellas personas que lo perdieron todo en el fuerte sismo registrado el pasado 7 de septiembre. La mujer perdió a sus dos hijas, además de a su esposo en el derrumbe de su casa.
La familia llevaba tan solo un año viviendo en el municipio de Juchitán, en la vivienda residía ella con su esposo Christian, la abuela de este y sus dos hijas, Noemí de siete años y Frida Sofía, de tan solo cuatro meses de edad.
El terremoto encontró a la familia ya dormida, por lo que no pudieron hacer nada para evitar la tragedia, contó Yadira Ramírez.
“Estábamos durmiendo, mis niñas, mi esposo y yo. No sentimos cuando comenzó el temblor, solo cuando ya estaba muy fuerte y agarramos a las niñas pero se nos vino el techo encima. Nos agarramos de la mano y empezamos a hablarnos. Ahí sentimos cómo se nos vinieron todas las paredes encima y nos enterró a los cuatro”, relató.
Añadió que su esposo se despidió de ella y le pidió perdón por todo, además de decirle que la amaba, pues estaban seguros de que no sobrevivirían a la tragedia.
“Nos despedimos mi esposo y yo. Las niñas no, estaban dormidas… sabíamos que no íbamos a salir de ahí, no sé cuánto escombro nos cayó. Él me pidió perdón y me dijo que me amaba, le pidió perdón a Dios y a sus hijos, y después gritó cuando le cayó algo en su espalda y comenzó a vomitar. Después le dije: Ahí está la abuela, aguanta. Pero ya no me contestó”.
Tras esto, la familia quedó sepultada bajo los escombros, el hombre y las dos niñas murieron al instante, sin embargo ella logró sobrevivir hasta el momento en que fue rescatada por los vecinos, que acudieron en seguida al escuchar a la abuela pidiendo ayuda.
“No sé cuánto tiempo pasó. Me dijeron que aguantara pero ya no podía, se me acababa el oxígeno. Realmente no sé cómo pude seguir respirando, cuando llegaron a mi cabeza le pedí a Dios que ya no, que ya me llevara porque estaba sufriendo mucho, tenía a mis niñas aquí (en sus brazos), a mi esposo lo tenía agarrado de la mano… le dije a mi esposo que nos íbamos a ir juntos”
Yadira comentó que la mayor de sus hijas tenía un promedio de 9.5, soñaba con ser enfermera y siempre cuidaba de su hermana como si fuera su propia hija. “Ella decía que la quería cuidar como si fuera su madre, la quería y mucho, y decía que las dos iban a ser doctoras”.
Cuando la embarga la emoción, María Cruz, madre de Christian, se acerca y le toma la mano. La mujer se encontraba en Matías Romero cuando ocurrió el sismo.
“Mi hijo era un buen muchacho, alegre y muy amigable y no era grosero. Quería a su familia mucho”.
Con información de La Razón