
El “padre pistolas” es un sacerdote que ha rehabilitado varias iglesias en Michoacán. Critica a los clérigos, narcotráfico y gobierno
En un pueblo que se ubica a una hora de Morelia, oficia misa un sacerdote muy peculiar quien tiene el apodo de “padre pistolas”, debido a que oficia misa con un revólver en la cintura.
Este sacerdote de Chucándiro, un pueblo de 2 mil habitantes, usa un arma para defenderse de los rateros, según afirmó a un policía, a quien incluyó en el rubro de las amenazas para su seguridad.
Durante sus misas habla con palabras sencillas y con varios insultos. “Tú ya vienes pedo, güey”, le dijo a un hombre en estado de ebriedad que llegaba a la iglesia.
El “padre pistolas” está consciente de la llegada del papa Francisco. “Oremos por la seguridad de Francisco”, pidió a sus feligreses.

Este sacerdote es calificado también de irreverente, puesto que en sus sermones se refiere desde los narcotraficantes que azotan la seguridad de Michoacán, hasta el presidente Peña Nieto.
Además critica a sus colegas, asegurando que muchos de ellos están “vendidos al poder”, puesto que usan autos caros y se la pasan “encamados” con varias mujeres.
El “padre pistolas” no solo critica a los otros, sino también ayuda a las iglesias que están abandonadas, como la de Chucándiro. Lleva agua, luz y asfalto a las parroquias, así como a las calles y carreteras que las conectan con el resto del estado.
“Esta iglesia estaba abandonada y él la rescató. Hay otra que también está arreglando. Al principio chocaban sus groserías pero ya estamos acostumbradas”, dice una feligrés.
Debido a su actitud ante los demás clérigos, estos le pidieron que no se acercara a ninguno de los eventos del papa Francisco en Michoacán, por su lenguaje y por el arma que trae en la cintura, ante la cual no tiene licencia. “La del Señor es suficiente”, asegura.
Con información de El País