Se trata de una sobreviviente al derrumbe del edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, en la Ciudad de México
Lucía Zamora, pasó 36 horas bajo los escombros luego de que su edificio ubicado en Álvaro Obregón 286, colapsara por el sismo del pasado 19 de septiembre, de 7.1 grados, que devastó varias estructuras de la Ciudad de México.
La sobreviviente al desastre natural que ha dejado hasta el momento 204 muertos en la capital, pasó 36 horas enterrada y recuerda su rescate como un momento de mucha alegría, glorioso y lleno de ánimo de todos los rescatistas que le decían: “Ya estás aquí, ya te sacamos, me decían voltea y fue cuando yo vi la luz”, relató en entrevista para Grupo Fórmula, Lucía Zamora.
“Yo soy trabajadora independiente, emprendedora, y el piso tres estaba recientemente acondicionado como un centro de negocios, de encuentro para emprendedores, y tenía más o menos yendo un mes a ese lugar, eventualmente no es mi lugar fijo de trabajo y pues estaba ahí ese día martes cuando el temblor comenzó, mi instinto fue tomar mi celular, dirigirme hacia la puerta, titubeé porque el movimiento era muy fuerte realmente, ya había obstáculos para poder yo caminar rápidamente”.
“No llegué ni a la mitad del camino cuando además del fuerte movimiento sentí cómo se empezaba a desplomar el techo y mi instinto fue cubrirme la cabeza y fue cuestión de segundos cuando me vi cubierta y en escombros y ya enterrada, afortunadamente no sufrí ningún golpe, tampoco me caí al piso, prácticamente mi alrededor era el que estaba lleno de piedras, de vidrios”, relató.
Lucía Zamora señaló que le pasaban miles de cosas por la cabeza, pero una de las cosas que pensaba era que no tenía ninguna herida, “a mí nada me aplastaba, nada me hirió, yo tenía ligeros raspones y realmente mi cuerpo estaba boca arriba, como hacia el lado derecho recargado y pues era la incomodidad y verme muy cerca de una loza, la distancia era de una mano estirada de mi barbilla y ahí estaba la loza, pero eso me daba esperanza decir estoy viva no tengo nada después de esta catástrofe, a mí me mantuvo en pie la idea de volver a ver mi familia, particularmente a mi hermana, a mi sobrino y a mi cuñado porque es mi familia realmente”.
Agregó que el día del temblor, hacia la madrugada, escuchó ruido e incluso voces, “sin embargo, supongo las labores de rescate estaban hacia otro lado, pese a que gritamos mucho, fue hasta el siguiente día, hacia las cuatro de la tarde, la maquinaria era muy cercana y afortunadamente escuchamos una voz, nuestro interlocutor que nos decía ¿Quién está ahí? ¿Díganos sus nombres? Y dimos nuestros nombres mi compañero Isaac estaba atrapado conmigo y otra persona, Paulina, que estaba como a un metro de distancia que a ella no la vimos, pero la escuchamos todo el tiempo”.
Asimismo, indicó que ya cuenta con ayuda psicológica para superar este trauma. “Sí se puede y tengo que salir adelante”, concluyó.
Con información de Grupo Fórmula