Investigadores de la UNAM proponen método para agilizar el Metro

Los investigadores de la UNAM Gustavo Carreón, Luis Pineda y Carlos Gershenson elaboraron una nueva propuesta para reducir los problemas de movilidad en los convoys.

Esta proposición se da tras los buenos resultados que se obtuvieron en la estación Balderas del Metro en Ciudad de México para mejorar el abordaje y descenso de pasajeros en los vagones, mediante la implementación de señalamientos en el suelo.

Gershenson, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) y coautor del estudio, detalló que cuando un tren se tarda más de lo normal, en la estación siguiente hay una acumulación de pasajeros, lo que deriva en un colapso de la línea.

“Si hay un retraso, lo que proponemos es ajustar los tiempos para que se distribuya la cantidad de viajeros entre todos los trenes, aumentando la capacidad del sistema y su eficacia”, explicó.

Con el protocolo actual, cuando se presenta una interrupción, se juntan varios trenes en un solo sitio, quedando secciones sin cubrir o donde hay que esperar mucho.

No obstante, implementando el algoritmo propuesto por los investigadores, que consiste en que cada tren deje información que se aproveche por los siguientes, se podría responder de manera inmediata en cada estación, señaló en investigador; en lugar de un control central que le dice a todos los trenes cuánto esperar.

Pineda detalló que cuando se interrumpe el servicio, el sistema tarda horas en recuperarse; sin embargo, con este nuevo algoritmo de autorregulación propuesto, los convoyes que no les tocó el problema esperarían más tiempo en las estaciones para que haya un balance.

De tal manera, al momento de establecer el servicio, no habría tantos pasajeros acumulados en unas cuantas paradas, sino que la carga se distribuiría de mejor manera.

Por su parte, Carreón, candidato a doctor del posgrado en Ciencia e Ingeniería de la Computación, aseguró que la ventaja de esta propuesta es que cuenta con simulaciones computacionales y aprovecha los datos reales generados durante el trabajo de 2016 en Balderas.

“Hay muchos factores impredecibles, como el comportamiento de los pasajeros; pero si atacamos esos problemas con la regulación de trenes, incrementamos la eficiencia en 20 por ciento, y si sumamos un comportamiento adecuado de los usuarios, esta cifra aumenta”, añadió Carreón, actualmente miembro al Instituto de Investigaciones Económicas.

Para que el método funcione, prosiguió Gershenson, es esencial mantener un flujo de información en tiempo real para que cada convoy se adapte a la demanda de pasajeros en las estaciones.

Así, la recuperación sería mucho más rápida y eficiente, se asegura en la nueva propuesta, presentada por los investigadores en la revista PLOS ONE.

La interacción es importante

Pineda destacó que la clave para realizar el ejercicio en Balderas (2016), así como la nueva iniciativa, fue el trabajo hecho por Carreón en las instalaciones del Metro, en donde revisó las diferentes causas de los retrasos en el sistema.

Gershenson y Pineda comentaron que el precedente que sentó el ejercicio de señalización en esa estación demostró que para que las cosas funcionen mejor no es necesario cambiar a los usuarios o viajar a otros países, pues la autorregulación en Ciudad de México es posible y viable.

“La sorpresa es que no tuvimos que traer a pasajeros japoneses o alemanes. Éste es un ejemplo que nos demuestra que muchas veces son más importantes las interacciones que los componentes de un sistema”, dijo Gershenson.

Para Carreón, ver a la gente formarse desde el primer día fue algo inesperado, y el principal beneficio es que se pasó de un ejercicio en el Metro Balderas a las 14 estaciones más concurridas (por la transferencia de personas), como Zapata, San Lázaro, Centro Médico y Salto del Agua, que mejoraron en al menos 15 por ciento el flujo de sus pasajeros.

Otras posibles soluciones