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Empresas constructoras del NAIM demandan al GACM
Foto de El Economista

Dos consorcios que trabajaban en la construcción del NAIM decidieron demandar al Grupo Aeroportuario de Ciudad de México (GACM) al no llegar a un acuerdo sobre la terminación anticipada de los contratos firmados, informó el director de la institución, Gerardo Ferrando.

Al respecto, explicó que las demandas fueron presentadas por las empresas como una medida de protección ante la posibilidad de que transcurra el plazo jurídico para defenderse sin llegar a un acuerdo entre ambas partes. Añadió que se trata de un razonamiento legal y que no complica las negociaciones existentes.

“Estamos en un proceso de acuerdo a la ley de obras y con todas las empresas lo hacemos en absoluta cordialidad. Dentro del proceso llegaron tiempos en donde algunas dijeron: si no demando acá me descobijo ante una eventualidad de que no lleguemos a un acuerdo, cuando los acuerdos ya los tenemos. Son tiempos jurídicos. Están en su derecho de hacerlo y eso no va a complicar nada”, afirmó.

Refrendó que no se trata de un desacuerdo en términos monetarios, sino de una mera formalidad para que no “transcurra el tiempo sin que se agote su capacidad de defenderse”, por lo que no se trata de una situación para alarmarse.

Uno de los consorcios demandantes, Terminal Valle de México, está conformado por las empresas  Operadora CICSA, GIA, Prodemex, La Peninsular, ICA, Acciona y FCC. En su caso, tenían un contrato por 84 mil 828.3 millones de pesos, de los cuales se les había pagado el 8 por ciento al momento de la suspensión de obras.

Por otro lado, Cargi-Propen, conformada por Operadora CICSA, GIA, Prodemex y La Peninsular, tenía un contrato por 8 mil 328 millones de pesos de los cuales recibieron 71 por ciento debido al avance del 53 por ciento en la construcción de la pista 3.

Cabe destacar que estos procesos son distintos a los informados por el secretario Javier Jiménez Espriú, y que iniciaron el año pasado al no tener el tiempo suficiente para la construcción del edificio terminal.

Con información de El Economista