El papa Francisco sorprendió a los elementos de seguridad cuando detuvo el “papamóvil” para saludar a un emocionado grupo de monjas
Como ya es una costumbre, Mario Jorge Bergoglio volvió a romper el protocolo de seguridad y logística durante su traslado de la Nunciatura Apostólica al Campo Marte.
Pasadas las 10:00 h, cuando salió de su aposento, el papa Francisco abordó el “papamóvil” y mientras recorría las calles de la capital mexicana pidió al chofer que detuviera la unidad.
Fue entonces cuando en las colonias Mixcoac y San José Insurgentes la rutina se detuvo, porque el Santo Padre bajó del vehículo para dar la bendición a un grupo de monjas que gritó, rezó, cantó, brincó y lloró el nombre del líder de la Iglesia Católica.
Estas acciones llamaron la atención del Sumo Pontífice y frente a las monjas les dio su bendición y les dijo unas palabras en voz baja, este gesto provocó que los asistentes se acercaran de manera inmediata para ver, tocar o recibir la bendición celestial.
El papa pidió a la multitud que bajará un poco la intensidad de las porras y gritos para concentrar su mensaje a las religiosas que, exclamaron un “gracias Santo Padre” tras recibir el mensaje y le entregaron un ramo de flores blancas.
Este acto dejó estupefactos a los elementos de seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSPDF), Estado Mayor Presidencial (EMP) y de la seguridad de El Vaticano.
También el cardenal de México, Norberto Rivera Carrera, esbozó una sonrisa y su cara de sorpresa fue evidente cuando tuvo que bajar del “papamóvil” para esperar al papa Francisco y poder reiniciar su camino.
Con información de Quadratín