El Nuevo Aeropuerto de México, el análisis

Este lunes, en el espacio de Joaquín López-Dóriga en Grupo Fórmula, se llevó a cabo una mesa de análisis sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, y la posibilidad de su cancelación y construir pistas en la base militar de Santa Lucía, Estado de México, como propuso en campaña Andrés Manuel López Obrador.

Participaron Sandra G. Navarro, directora de Estrategia del Grupo Aeroportuario CDMX, el ingeniero Sergio Samaniego, coautor del libro Santa Lucía, una alternativa y Mariana Campos, coordinadora de Presupuesto y Rendición de Cuentas de México Evalúa.

El ingeniero Samaniego señaló que actualmente el problema con el aeropuerto actual es la imposibilidad de operar más vuelos y rutas actualmente. Sin embargo, dijo, de modificarse las rutas y la estructura de vuelo podría operarse en conjunto con Santa Lucía, aumentando efectivamente el número de operaciones aéreas.

Añadió que ninguna de las dos opciones es necesariamente la mejor, pues podrían utilizarse los aeropuertos de Toluca y Cuernavaca en una solución integral para la región; afirmó que las cinco pistas del proyecto Santa Lucía estaría lista en 30 meses, contrastando con los 10 años para el NAIM, con la diferencia agregada que Santa Lucía costaría solo 70 mil millones de pesos, con vialidades incluidas.

Sandra González dijo que en realidad si bien el AICM tiene dos pistas, las operaciones no son simultáneas, por lo que en realidad se opera sólo una, o una y media máximo. En cambio, con el NAIM, se podrían tener tres operaciones simultáneas, siendo México el único país fuera de EE.UU. con esa capacidad, además de que el aeropuerto podría funcionar hasta 50 años con la construcción de tres pistas adicionales.

En cuanto a la estructura de vuelos, señaló que los expertos de MITRE son los mayores expertos en cuanto a factibilidad de vuelos y ellos ya dieron su opinión sobre la mejor opción para el Valle de México. Recordó que parte de la variación del costo del NAIM se debe a que está asegurada en dólares, sin embargo el tope planteado para el mismo no ha cambiado con el paso de los años.

Recordó que el nuevo aeropuerto es especialmente importante pues de los 41 millones de pasajeros esperados para 2021 ahora la cifra se encuentra en 55 millones, lo que también obliga a plantearse algunos cambios al proyecto. Mientras tanto, la diferencia entre centralizarse o descentralizar los aeropuertos es el hecho de que la primera opción permitiría crear un hub donde el NAIM permita abrir mayores frecuencias aéreas y rutas con todo el mundo.

Señaló que la ventaja del nuevo aeropuerto es que ya está en marcha, con 150 mil millones de pesos comprometidos, y si bien es perfectible, la discusión debería ser como mejorarlo y hacerlo un proyecto no de gobierno, sino de Estado.

Mariana Campos destacó que las dos opciones para solucionar la saturación aérea en el centro del país tienen sus riesgos, siendo el principal del NAIM su costo final, sin embargo dijo que es preocupante que se discuta en una mesa que podría no ser la ideal para decidir sobre temas técnicos y económicos.

Dijo que el mayor problema con el proyecto de Santa Lucía es que ni siquiera se tiene un proyecto claro, con un plan ejecutivo realista, ni el costo final de la obra. Dicho esto, mencionó que la disyuntiva no debería ser realmente dicotómica, pues se podría acotar el NAIM para disminuir su costo e impulsar los aeropuertos regionales, con una solución integral que no requiera al aeropuerto de Santa Lucía.

Campos explicó que lo que el gobierno entrante necesitaría para tomar la mejor decisión es mayor precisión sobre los posibles sobrecostos de la obra en curso, pues lo que no se pueda cubrir con los ingresos del aeropuerto actual forzosamente requerirá la utilización de dinero del erario público.

Subrayó que la mayor ventaja del NAIM es que ya está en marcha, lo que no es algo menor ante la posibilidad cada vez mayor de que ocurra un desastre mayor debido a la saturación del Aeropuerto Internacional Benito Juárez.