Las campañas arrancaron y él sigue siendo el personaje principal, como lo confirmó con el reproche a Claudia por no haber reivindicado sus logros de gobierno en el primer debate, que le reclamó públicamente
Presentan sus ambiciones como virtudes.
Florestán.
En las sucesiones presidenciales del priato, como en la que vivimos hoy, siempre se ha dado una rotación de fuerza.
En los primeros años del sexenio, el presidente en turno, como ahora López Obrador, es el todo y los demás la nada, hasta que empiezan a correr los tiempos electorales en los que, siendo el tlatoani en turno él no va más, los aspirantes empiezan a iluminarse con la luz que el amo les va dando.
Y así corren los tres primeros años de gobierno, el cuarto y el quinto determinante, aunque en estos tiempos estelares de la 4-T su líder haya adelantado la temporada de caza un año, tras la derrota capitalina en las intermedias de 2021.
Así, él, que siempre dice que es diferente, operó igual: hizo pública la lista de los precandidatos, estableció reglas, tiempos y compromisos.
Para él, Claudia Sheinbaum siempre fue su candidata, convencido que era la única que consolidaría su proyecto político. Por eso le dio un bastón que llamó de mando, figura y artefacto que inventó para dar la impresión de relevo, pero quedando él en control como hoy sigue.
Las campañas arrancaron y él sigue siendo el personaje principal, como lo confirmó con el reproche a Claudia por no haber reivindicado sus logros de gobierno en el primer debate, que le reclamó públicamente,
Y así ha seguido hasta ahora, él como el eje central de campaña y de todo, no su candidata, dejando el mensaje que ella es la que necesita de él, pero conforme se acerca la elección, la balanza se irá cambiando, él irá necesitando más de ella hasta que llegue el momento en que el eje sea Claudia, no López Obrador, en una inercia irreversible que se consolidará el uno de octubre cuando, de ganar las elecciones, se tercie la banda presidencial y acredite en los hechos lo que ya ha dejado sentir: ella será la única presidenta en un espacio donde no caben dos, ni a la falsa distancia de Palenque.
RETALES
1. MINISTROS.- Cuando ayer le dije a Arturo Zaldívar que con su renuncia había permitido que López Obrador fuera el único presidente que propusiera cinco ministros, me reviró que Ernesto Zedillo nombró a once y le dije que eso era falso, Fue la reforma judicial de diciembre de 1994 y tuvo que aceptar que no los nombró, los postuló;
2. ENGAÑO.- Dice López Obrador que con la reforma a las pensiones, todos los jubilados recibirán su último sueldo y eso es falso. El tope serán 16 mil 770 pesos. Los que ganen más recibirá ese máximo; y
3. MANIOBRA.- Se confirma que el anuncio de las 20 iniciativas de reformas constitucionales que López Obrador hizo el 5 de febrero, fue una maniobra electoral. Quedan tres sesiones del Congreso y ni siquiera las dictaminaron. Y eso que Claudia ese mismo día las agregó como plataforma de campaña y eventual programa de gobierno.
Nos vemos mañana, pero en privado.