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Sepultan a joven opositor asesinado por policías en Nicaragua
Balas y casquillos hallados en el lugar donde fue asesinado el joven Bryan Murillo. Foto de CIDH

El cuerpo de un joven opositor, muerto a tiros por oficiales de la Policía de Nicaragua, fue enterrado este jueves en un cementerio público de la ciudad de León (noroeste), en medio de llantos, la bandera nacional y gritos de “asesinos” contra los agentes que resguardaron las honras fúnebres.

Bryan Murillo López, ¡Presente!”, gritaban los amigo, familiares y demás personas que acompañaban el ataúd del hombre de 24 años, asesinado a tiros la madrugada del miércoles dentro de su casa, mientras iban rumbo al cementerio Guadalupe, en León, 90 kilómetros al noroeste de Managua.

“¡Me lo mataron, me lo mataron!”, gritaba desconsolada Mariana López, mientras le daba el último adiós a su hijo, en un sepelio al que acudieron cientos de personas, algunas de ellas con banderas de Nicaragua, símbolos de las protestas contra el Gobierno de Daniel Ortega que comenzaron en abril del año pasado.

La caja de madera fue adornada con una bandera de Nicaragua y adelante del carro fúnebre que cargaba el cuerpo iban dos jóvenes con la enseña nacional invertida, en señal de auxilio.

“Justicia”, “Se van, se van, se van y nunca volverán”, gritaban, entre otras consignas antigubernamentales durante el recorrido hasta el cementerio.

Susana López, madre del asesinado estudiante Gerald Vázquez, en nombre de la opositora organización “Madres de Abril“, acudió a brindar las condolencias a la familia de la víctima.

“Bryan Murillo es otra víctima de la represión del Gobierno. No es posible que sigan muriendo más jóvenes que se han manifestado por aspirar a vivir en una Nicaragua libre“, dijo a periodistas la mujer, quien pidió denunciar local e internacionalmente ese tipo de casos.

Amnistía Internacional (AI) denunció el miércoles que “la represión letal continúa” en Nicaragua y puso como ejemplo el operativo policial en el que murió Murillo López, a consecuencia de los disparos efectuados por agentes del orden.

Dos familiares de la víctima, su hermano Kener Murillo López y su cuñado Javier Cortez, resultaron también gravemente heridos, según las autoridades.

Según un comunicado de la Policía Nacional, los oficiales dispararon en “legítima defensa”.

En tanto, los familiares de la víctima aseguran que Murillo López murió al recibir varios disparos de fusil AK-47, ejecutados por un grupo de al menos nueve policías que entraron a su vivienda.

Según los familiares, los agentes ingresaron sin tener una orden judicial, con el objetivo de capturar al joven, quien había participado en las protestas contra el presidente Ortega en los últimos 15 meses.

La Policía de Nicaragua identificó al joven muerto y a los heridos como autores de “delitos de peligrosidad”, que “se armaron con machetes y se lanzaron contra los integrantes de la patrulla”, hasta lesionar a uno de los agentes.

Sin embargo, no poseen ningún antecedente criminal, según la documentación proporcionada por la misma Policía a la familia.

La Policía no identificó al autor del disparo y sostuvo que sí tenían orden judicial.

Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 326 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 595 y el Gobierno reconoce 200 y denuncia un supuesto intento de golpe de Estado.

Según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), adscrito a la CIDH, el mayor responsable de la violencia es el Gobierno de Ortega, a quien responsabilizan de cometer incluso crímenes “de lesa humanidad” en medio de la crisis.

Con información de EFE