A pesar de que la comunidad médica estadounidense desacreditó sus afirmaciones, continúo con su movimiento antivacunas global.
Jeff Bradstreet, médico estadounidense y promotor de una campaña global antivacunas, fue hallado muerto en un río por un pescador y con un disparo en el pecho. Las autoridades de Carolina del Norte, Estados Unidos, indican que habría sido un suicidio.
Bradstreet creía fervientemente que el autismo de su hijo era consecuencia de una vacuna que se le administró al pequeño cuando este tenía tan solo 15 meses de edad.
Debido a ello, se dedicó a investigar y publicó un artículo en el que aseguraba que las vacunas producían este trastorno. A pesar de que la comunidad médica estadounidense desacreditó sus afirmaciones, continúo con su movimiento antivacunas global.
Con la noticia de su muerte, su esposa agradeció, a través de una página web, a toda la comunidad autista el apoyo que mostraron por su marido, al que califica como un “gran visionario del autismo”.

Con información de ABC.