A diferencia de otras fundaciones creadas por los papas, la fundación Scholas Ocurrentes debió superar roces importantes con el Vaticano
Si bien las fundaciones y proyectos del papa suelen ser secundados por el Vaticano, en el caso de Scholas Ocurrentes no ocurrió de una manera tan sencilla. Fundada en 2013, la organización de Escuelas para el Encuentro generó roces con la estructura eclesiástica, mismos que no serían superados hasta años después.
La muestra de las diferencias superadas se encuentra la aparición del reportaje “Scholas Occurrentes y la pedagogía de la armonía”, en la revista Educatio Catholica, elaborada por la Congregación para la Educación de la Santa Sede.
“Uno podría hablar de una certificación. Si bien eso no se subestima, estamos hablando de un signo de comunión. Porque (Scholas) no era un antojo del Papa, no era una cuestión caprichosa o arbitraria”, explicó José María del Corral, presidente de la fundación.
“Francisco hizo un discernimiento sobre esto, y hoy el Vaticano lo reconoce desde lo intelectual y desde lo material”, añadió, asegurando que algunos funcionarios de la Santa Sede le confesaron que al principio rechazaron el proyecto pues no lo entendían.
Finalmente, en 2016, cuando se vivía el mayor momento de turbulencia, la congregación comenzó a monitorear el trabajo dela fundación con un gran proyecto respaldado por la Universidad de Lumsa. Producto de ello son las “Cátedras Scholas” con diversas universidades, así como congresos internacionales.
Corral señaló que no se trata de un tema de amistad, sino de responder a las necesidades de los jóvenes en todo el mundo.
Actualmente el proyecto se encuentra en expansión. Además de su sede en Roma, Scholas Ocurrentes ha inaugurado sedes en México, Colombia, Mozambique, Estados Unidos y Argentina.
Con información de La Stampa