Elecciones 2024
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Riesgos y oportunidades de súper ciclo electoral en América Latina

El doctor Daniel Zovatto analiza las elecciones de este domingo en Chile, mismas que dan inicio a un proceso electoral en toda América Latina donde podríamos ver un cambio en el panorama político de toda la región, a continuación su comentario.

Riesgos y oportunidades de súper ciclo electoral en América Latina

Los comicios de mañana en Chile son el punto de partida de una maratón electoral que podría cambiar el panorama político de América Latina en los próximos dos años. Antes de noviembre de 2018 ocho países latinoamericanos habrán concurrido a las urnas para renovar sus autoridades, entre ellos cuatro de las cinco mayores economías de la región: Brasil, México, Colombia y Venezuela. A estos se sumarán otros seis países en los 12 meses siguientes. Es decir, exceptuando el Caribe, más del 60 por ciento de las naciones de la región tendrán nuevo presidente en el plazo de dos años. Una secuencia electoral que adquiere especial relevancia por el momento en que se lleva a cabo. Si bien es prematuro adelantar hacia dónde se decantarán los votantes, es claro que los procesos se dan en un escenario complejo, atravesado por una creciente caída de la confianza de los ciudadanos hacia sus sistemas políticos y en medio de escándalos de corrupción que se han extendido por América Latina y que incluso llevaron a la salida de dos mandatarios.

Lo anterior, sumado al creciente surgimiento de opciones populistas, obliga a seguir con especial atención el proceso que se abre mañana. En los últimos 24 meses, las elecciones que se han realizado en la región mostraron un quiebre de tendencia y un giro hacia opciones ubicadas más a la derecha del espectro político. Sucedió con Macri en Argentina en 2015 -que puso fin a 12 años de kirchnerismo- y con Pedro Pablo Kuczynski en Perú el año pasado. Incluso en Ecuador, donde el oficialismo se mantuvo en el poder, el sucesor de Rafael Correa, Lenín Moreno ha mostrado un estilo no sólo más dialogante con la oposición sino también más ortodoxo en lo económico. Por ello, no se puede descartar que esta tendencia se mantenga a futuro. Sin embargo, la gran incógnita está dada por el rumbo que tomarán las dos principales economías de la región.

De acuerdo con los sondeos de opinión ni en Brasil ni en México hay claridad sobre el eventual ganador de las próximas elecciones. Si bien desde que asumió el presidente brasileño Michel Temer ha promovido una mayor liberalización del mercado, favoreciendo la inversión, su baja popularidad -que llega a niveles históricos inferiores al 5 por ciento- hace difícil prever que esa línea se mantenga tras los comicios de octubre próximo. Además, la incertidumbre aumenta si se considera que quien lidera hoy las encuestas, el ex presidente Lula da Silva, podría verse impedido de postular si la justicia acoge las acusaciones de corrupción en su contra. En México, en tanto, de la mano de un discurso populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador lidera los sondeos, pero a ocho meses de los comicios aún es difícil hacer pronósticos. Todo indica, sin embargo, que el PRI, actualmente en el poder, volverá a dejar la Residencia de los Pinos.

Por ello, parece difícil prever con certeza el panorama que surgirá tras este “súper ciclo electoral” en la región, pero es claro que los grandes peligros que acechan hoy a la democracia en América Latina son la creciente desafección de la ciudadanía con sus representantes y el surgimiento de opciones populistas que podrían amenazar la débil institucionalidad que aún exhiben algunos países.

Veo tres interrogantes para este domingo:

1. Si Sebastián Piñera gaña en una vuelta (poco probable, pero no imposible) o haces necesidad de una segunda vuelta y de haberla qué posibilidad habría de reversión de resultado.

2. El nivel de participación electoral (que ha venido cayendo fuerte) y su relación con el primer punto.

3. Si estas elecciones (en caso de ganar Piñera) vendría a consolidar la nueva tendencia en América del Sur (que inauguraron Macri y Kuczynski) de gobiernos de centro derecha, pero muy pragmáticos, moderados y con una agenda pro clase media.

Redacción