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Renuncia director forense en Colombia por caso de Odebrecht
Foto de Internet

El director del Instituto de Medicina Legal de Colombia, Carlos Valdés, renunció al cargo al admitir un grave error en el estudio de las muestras de sangre del fallecido Jorge Enrique Pizano, auditor para la multinacional Odebrecht e implicado en el caso de corrupción más grande del sector privado en este país andino.

“El error lo cometí yo. He presentado mi renuncia porque mi trabajo de ocho años en el instituto no tiene por qué verse manchado. A Colombia le entrego un Instituto con alta calidad científica, con unos peritos honestos, es el director el que cometió el error”, afirmó Valdés en su misiva.

Valdés renunció después de que fuera revelado el informe pericial del laboratorio de Biología Forense de Medicina Legal, en el que se certificaba científicamente que daba como negativo el resultado de sangre humana, en las pruebas recogidas en la residencia de Pizano, el día de su muerte, en donde los investigadores hallaron cianuro.

“Soy el único responsable de haber informado a la opinión pública que la mancha de que trata ese informe era una mancha de sangre humana. Soy el único responsable”, subrayó Valdés, uno de los forenses más prestigiados de Colombia.

Agregó la carta: “Mi equivocación obedeció que por las características iniciales se trataba de una mancha de sangre (…) Cometí el error de nunca preguntar su origen a los laboratorios y me concentré en los resultados forenses de si correspondía al señor Pizano y si había o no cianuro“.

Una botella con agua saborizada que contenía cianuro en el escritorio del principal testigo del caso de corrupción de la multinacional Odebrecht en Colombia, es la principal pieza para investigar la muerte del ingeniero Jorge Enrique Pizano y su hijo Alejandro.

El ingeniero Pizano, murió en su apartamento el jueves 8 de noviembre aparentemente por un paro cardio-respiratorio, mientras que su hijo Alejandro-quien llegó del exterior al sepelio de su padre- falleció al domingo siguiente (11 de noviembre) después de tomar un sorbo de agua saborizada de una botella que se encontraba en el estudio de su progenitor.

La muerte del ingeniero Pizano fue diagnosticada como un paro cardio-respiratorio, pero antes de su cremación los médicos forenses guardaron algunos tejidos blandos para una posterior investigación, mientras que la de su hijo por un ingerir cianuro.

Con  información de Notimex