Elecciones 2024
Elecciones 2024
Perú y México definen rumbos mañana
Composición propia a partir de fotos de EFE.

Texto del Dr. Daniel Zovatto,

Columna retomada del Diario Clarín.

Este domingo 6 de Junio, dos de las seis economías principales de América Latina -México y Perú- celebran elecciones de crucial importancia para la región. Mientras la pandemia atiza a los países latinoamericanos con especial rigor, los estragos socioeconómicos del covid son una prueba de fuego para la estabilidad de las frágiles democracias latinoamericanas.

Balotaje de infarto en el Perú

Los peruanos acudirán a las urnas para la segunda vuelta presidencial y deberán escoger entre donde dos candidatos en las antípodas ideológicas: Pedro Castillo -izquierda radical- y Keiko Fujimori -derecha extrema-.

En las últimas décadas, Perú venía implementando un modelo neoliberal que si bien producía un crecimiento económico sostenido convivía con déficits sociales importantes, un Estado ineficiente, servicios públicos de mala calidad, altos niveles de corrupción, inestabilidad política y creciente malestar social.

En el último quinquenio el país andino tuvo cuatro presidentes y dos congresos. El contexto en que estas elecciones se llevan a cabo alertan sobre la posibilidad de una profundización de la crisis política al tiempo que el modelo económico es fuertemente cuestionado por amplios sectores de la población, especialmente en relación con la eficacia del mismo para redistribuir equitativamente la riqueza en la población.

La primera vuelta del 11 de Abril dejó una alta fragmentación del voto y una generalizada apatía ciudadana hacia las opciones que se presentaron. La participación electoral fue del 70%, 11% menos que en 2016, y el voto nulo y en blanco acumularon un elevado 32,7% en las elecciones legislativas.

De los 18 candidatos presidenciales y las 20 listas partidarias que se presentaron para el legislativo, ninguna superó el 20% y los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta -Castillo y Fujimori-, alcanzaron entre ambos solo el 32,3% de los apoyos. Además, en un Congreso con 10 bancadas, ninguno dispondrá de una mayoría legislativa propia.

El partido de Castillo -Perú Libre- se convirtió en la opción más votada con 14,12% (37 curules), mientras que el partido Fuerza Popular de Keiko recibió un 11,16% de apoyos (24 curules). Quien resulte elegido, además de desafíos sociales, económicos, y políticos mayúsculos, deberá construir una coalición de gobierno que le garantice estabilidad y gobernabilidad.

El promedio de las encuestas de los últimos días muestran un empate técnico, con significativas variaciones regionales y por segmentos socioeconómico en los apoyos que reciben ambos candidatos. El resultado final está en manos de los indecisos.

¿Más o menos poder para AMLO?

México llevará a cabo este domingo la jornada más grande y compleja de su historia democrática. Un total de 21.300 cargos electivos a nivel federal y local estarán en juego simultáneamente, donde destacan la renovación completa de la Cámara de Diputados (500 diputados) y 15 gobernaturas.

Estas elecciones intermedias son criticas por dos razones: por un lado representan una suerte de referéndum de los primeros tres años de la presidencia de Lopez Obrador (AMLO) y, por el otro, definen el grado de apoyo político que AMLO tendrá en el Congreso durante la segunda y última parte de su gobierno.

Diez meses de una dura y violenta campaña electoral han dejado un contexto de creciente polarización entre la coalición oficialista y la opositora. Por su parte, los recurrentes ataques de AMLO contra el Instituto Nacional Electoral han sembrado un manto de duda sobre la confianza y transparencia de las elecciones.

Adicionalmente, los niveles de violencia política han sido muy altos. Según la consultora Etellekt, el saldo es trágico: 737 víctimas, entre ellos 89 políticos asesinados, 35 de los cuales eran aspirantes y candidatos a puestos municipales, convirtiendo a este proceso electoral en el segundo más violento desde el 2000, detrás de las elecciones presidenciales de 2018.

La combinación de estos factores llevó a que revistas como The Economist e intelectuales, empresarios y políticos mexicanos hayan señalado que en esta elección hay muchísimo en juego: no solo cuanto poder político tendrá AMLO de cara al próximo trienio sino la propia sobrevivencia de la democracia.

El promedio de los mediciones (realizado por Oraculus) indica que en esta elección en la que participan 10 fuerzas políticas, el partido oficialista MORENA lidera las encuesta frente a los partidos tradicionales -PRI y PAN- de 41% vs. 18% y 17%, respectivamente quien junto al PRD compiten bajo el paraguas de la coalición “ Va por México”.

El escenario más probable es que MORENA sumado a sus aliados PT y PVEM (agrupados en la coalición “Juntos Hacemos Historia”) supere la mayoría absoluta de 251 diputados pero difícilmente (si bien no imposible) logre retener la mayoría calificada de 334 diputados.

La posibilidad de que López Obrador se lleve “el carro completo” pareciera haberse ido desvaneciendo en los últimos días y, con ello, la garantía de que AMLO tenga suficiente capital político para terminar de consolidar su Cuarta Transformación.

Abultada agenda electoral

Las elecciones de Perú y México cierran un agitado primer semestre electoral. Durante estos primeros seis meses hubo elecciones primarias para elegir a los candidatos presidenciales en Honduras, elecciones regionales en Bolivia donde el MAS obtuvo resultados mixtos, elecciones legislativas en El Salvador con la consolidación del proyecto populista del presidente Bukele, elecciones generales en Ecuador con la victoria del candidato de derecha Guillermo Lasso, y las 4 elecciones simultáneas de Chile donde se destacó la composición plural y predominantemente independiente de la futura Constituyente.

En el segundo semestre de 2021, otros 3 procesos electorales presidenciales y legislativos ocurrirán en Chile, Honduras y Nicaragua (los tres en noviembre), más las elecciones intermedias de Argentina, las municipales de Paraguay y regionales en Venezuela.

De este rally electoral surgen tres tendencias principales: un alto nivel de polarización política y de contaminación informativa (vía redes sociales); un marcado voto castigo a los oficialismos, con excepción del contundente triunfo del partido Nuevas Ideas de Bukele; y el uso creciente del ballotage para definir las contiendas presidenciales combinado con una fragmentación partidaria extrema que, junto con la polarización ideológica, hace difícil alcanzar acuerdos y complica la gobernabilidad.

Daniel Zovatto es Director Regional América Latina IDEA Internacional