“”Hemos fallado a nuestro deber de pastores, al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas”, aseguraron los obispos
Los obispos chilenos pidieron este viernes disculpas por “haber fallado” a las víctimas de abusos sexuales y se comprometieron a hacer la luz sobre las investigaciones y colaborar con la fiscalía para evitar que se vuelvan a producir este tipo de hechos.
“Hemos fallado a nuestro deber de pastores, al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos” y “por ello pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes”, aseguran en una declaración al término de cinco días de reunión en una asamblea extraordinaria de la Conferencia Episcopal chilena, en Punta Tralca, frente al océano Pacífico.
En un intento de poner un cortafuego a la grave crisis que vive la Iglesia católica en el país, totalmente desprestigiada por el goteo de denuncias de abusos sexuales perpetrados por el clero, los obispos decidieron que a partir de ahora darán a conocer públicamente las investigaciones previas sobre presuntos abusos sexuales de menores de edad.
Asimismo, señalaron que están trabajando con el ministerio público para colaborar con éste.
“Hoy es un antes y después, un punto de inflexión” por la decisión de colaborar con la fiscalía, dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Fernando Ramos.
Asimismo, decidieron reforzar el Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas y para ello nombraron presidenta a la abogada Ana María Celis. También se creará un departamento de prevención de abusos para ejecutar las orientaciones del Consejo.
Los obispos se comprometen además a encontrarse “personalmente” con las víctimas de abusos y a hacer una mirada “autocrítica” de los aspectos estructurales “que permitieron la ocurrencia y perpetuación del abuso en la iglesia para que estos hechos no se vuelvan a repetir”.
“Sabemos que las decisiones y compromisos a corto y mediano plazo que hoy hemos anunciado, no solucionan por sí solos el dramático flagelo del abuso en nuestra iglesia y las complejas causas y raíces del mismo”, concluyen.