El magnate y presidente electo de Estados Unidos, vendió más de 800 boletos por arriba de los 500 dólares para celebrar el año nuevo
Como ya es costumbre, Donald Trump dará una fiesta de fin de año en su exclusivo complejo Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, solo que en esta ocasión la celebración ha despertado suspicacias entre los críticos del magnate por el posible conflicto de intereses que podría implicar la venta de entradas a un evento donde se contará con la compañía del presidente electo de Estados Unidos.
El futuro secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, informó que más de 800 boletos para la celebración, que incluye cocktail de una hora, cena de gala y baile con música en vivo, se vendieron a miembros del lujoso resort en 525 dólares y los demás invitados en 575 dólares.
Entre los asistentes figuran los nombres del actor Silvester Stallone y del productor musical Quincy Jones, confirmó Sean Spicer. Sin embargo, Arnold Robinson, vocero de Jones, dijo a Variety que el productor celebrará la llegada del año nuevo en Los Ángeles, con su familia, en tanto que el vocero de Stallone confirmó la asistencia del actor a la fiesta de Trump.
Por su parte, Hope Hicks, quien será la directora de Comunicación Estratégica de la Casa Blanca, rechazó que existiera un conflicto de interés en la venta de boletos (entendidos como acceso al presidente electo) en este período de transición.
“Este es un evento de celebración anual en el club privado, como otros que han continuado ocurriendo desde la elección. Adicionalmente, el presidente no puede y no tiene un conflicto”, afirmó Hope.
Esta fiesta vuelve a poner en la mesa el debate sobre cómo el hombre de negocios y su vasta red de contactos abren la posibilidad de que éstos se beneficien del gobierno durante su mandato como presidente.
Con información de Politico