Bana Alabed es una niña siria de 7 años informa en Twitter sobre la situación que se vive en Alepo
Bana Alabed es una niña siria de 7 años que en Twitter ha narrado los horrores de la guerra que se viven en su país. Su cuenta (@AlabedBana) tiene 221 mil seguidores. Ella vive en Alepo y tiene dos hermanos: uno tres años y otro de cinco.
En la red social se comunica en inglés y ha revelado su afición por Harry Potter, lo que provocó que la autora J.K. Rowling le regalara sus libros en versión digital.
Hello my friend @jk_rowling, I started reading your books now, my heart is for you. Thank you. – Bana #Aleppo #StandWithAleppo pic.twitter.com/MHtOIFzwuI
— Bana Alabed (@AlabedBana) 24 de noviembre de 2016
“Abrí la cuenta para relatar este infierno. Queríamos llamar la atención del mundo sobre la falta de escuela y de comida y agua saludables. Estos niños perdieron su infancia. Pensé que si alguien viese cómo sufren los niños de Alepo haría algo. Aunque por el momento el mundo sólo mira y no hace nada. Hice lo correcto. Nadie podrá decir que no sabe qué ocurre en Alepo. Siento que hice algo por mi país”, explicó la niña en entrevista para El Mundo.
En Twitter, Bana es atacada por trolls simpatizantes del régimen Bashar Asad. Afirman que ella no existe o que es yihadista. Señalan que es imposible que una niña de siete años no puede hablar inglés, les llama la atención que tenga internet. “Somos gente normal. Claro que hay internet, Siria no es el tercer mundo”, comentó Fátima, la madre de Bana.
La semana pasada durante los cuales las fuerzas que defienden al presidente sirio Bashar Asad tomaron más del 40 por ciento del este de Alepo. Al menos 50 mil personas se han tenido que desplazar en los últimos días por los combates. Bana y su familia siguen siendo supervivientes pero saben cuánto tiempo durarán así.
“Sobre las seis de la madrugada oímos el estruendo del impacto de un cohete del régimen. Destrozó dos plantas y la mitad de nuestra casa. Huimos corriendo del piso a refugiarnos en el sótano. Estuvimos ahí escondidas mientras la aviación seguía bombardeando la zona intensamente, sin agua ni comida para los niños, hasta que al atardecer un amigo nos vino a buscar y nos llevó a otro sitio. Fue una pesadilla”, señaló Fátima.
Con información de El Mundo