Ambos países buscan liberar los últimos reductos controlados por el califato, que llegó a poseer un gran territorio
Tras la liberación de la ciudad de Raqqa de manos del Estado Islámico, las fuerzas armadas de Irak y Siria comenzaron el ataque a los últimos reductos del Estado Islámico en la frontera entre ambas naciones, poniendo fin de esa manera al califato creado por la organización terrorista en la región.
Este jueves, el primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, afirmó que la milicia del EI tendrá que elegir “entre la muerte y la rendición”, mientras liberaban miles de panfletos en los poblados de Rawa y al-Qaim, localizada en la frontera con Siria, pidiendo a la población que se aleje de la zona y llamando a los terroristas a dejar las armas.
La ofensiva en Irak esta conformada por el ejército de ese país, fuerzas tribales suníes así como la organización paramilitar conocido como Movilización Popular, el cual cuenta con el apoyo del gobierno iraní.
En al-Qaim, se cree que aún hay mil 500 miembros del Estado Islámico buscando mantener sus posiciones en una lucha desesperada por sobrevivir.
Mientras tanto, en Siria, el califato se encuentra diseminado en una estrecha franja en la rivera del Eufrates, donde se enfrentan al mismo tiempo a la coalición internacional liderada por Estados Unidos así como a las fuerzas de Siria y Rusia.
En su momento de mayor expansión, el EI controlaba gran parte del norte de Irak así como el 70 por ciento de Siria, sin embargo en tiempos recientes perdieron las que eran consideradas sus capitales en ambos países, Mosul y Raqqa.
Con información de Reuters