La caza de ballenas tuvo como objetivo la investigación ecológica, defendió sobre el hecho el gobierno japonés
La flota japonesa regresó a casa el viernes, después de matar 333 ballenas en las aguas antárticas, alcanzando su meta por segundo año consecutivo bajo un programa considerado de investigación.
La Agencia de Pesca de Japón informó que la flota de cinco barcos concluyó su misión de cuatro meses.
El gobierno japonés alega que la caza de ballenas tiene fines de investigación ecológica. Esto está permitido como excepción a una prohibición internacional que data de 1986 sobre la caza de ballenas con fines comerciales. Los que se oponen al programa japonés dicen que es una tapadera para la caza comercial porque las ballenas son comercializadas.
La Corte Internacional de Justicia falló en 2014 que el programa japonés de caza de ballenas en el Antártico debe frenarse porque no era científico, como alegaba Tokio. En 2015, Japón realizó investigación no letal en la Antártida y revisó su programa en 2016 reduciendo la cuota de caza.
Redacción