Elecciones 2024
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Elección presidencial chilena: una certeza y cuatro interrogantes

Daniel Zovatto, director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, plantea cuatro interrogantes a las elecciones chilenas que tendrán lugar este domingo, donde Sebastián Piñera parte como favorito. A continuación la reflexión del doctor en Derecho Internacional.

Elección presidencial chilena: una certeza y cuatro interrogantes

Chile va a las urnas este domingo para elegir presidente y renovar su Congreso.

Estas son las séptimas elecciones presidenciales desde el retorno de Chile a la democracia (1989) las cuales tienen como protagonistas principales al expresidente Sebastián Piñera (Chile Vamos) de tendencia de centro derecha y al senador independiente por Antofagasta, Alejandro Guillier, periodista y expresentador de televisión, que encabeza a la oficialista Fuerza de la Mayoría. Hay otros seis candidatos presidenciales, dos de ellas mujeres (Carolina Goic de la Democracia Cristiana y Beatriz Sánchez del Frente Amplio), pero sin posibilidad de pasar a un eventual balotaje.

La unica certeza de esta elección consiste en que Sebastián Piñera ocupará el primer lugar en la primera vuelta. Todas las encuestas lo dan como ganador con una amplia diferencia sobre Alejandro Guillier.

Pero, al mismo tiempo, de las elecciones de este domingo surgen asimismo al menos 4 interrogantes:

Primer interrogante: si Piñera es electo presidente en la primera vuelta (poco probable pero no imposible) o si habrá necesidad de ir a una balotaje, y si este tuviese lugar, qué posibilidad existe de que haya reversión de resultado, es decir que el ganador de la primera vuelta fuese derrotado por el candidato que ocupó el segundo lugar en la primera ronda.

Cabe recordar que 4 de los 6 presidentes que ha tenido Chile desde el retorno a la democracia a la fecha, tuvieron que ir a una segunda vuelta para obtener la presidencia (Lagos, Bachelet, Piñera y Bachelet). Solo Aylwin y Frei no necesitaron ir a una segunda vuelta. Y en ninguno de estos cuatro balotajes se produjo una reversión de resultado.

Segundo interrogante: si, como anticipan las encuestas, el nivel de participación electoral de estas elecciones será significativamente bajo. Hay que tener presente que la participación electoral en Chile ha venido cayendo de manera abrupta desde la reforma de 2012: del 85 por ciento de participación al 48 por ciento en la primera vuelta de 2013 y al 33 por ciento en las municipales de 2016.

Es importante tener en cuenta que el nivel de participación electoral guarda estrecha relación con el primer punto. En efecto, un nivel alto de abstencionismo beneficiaría a Piñera, y lo podría hacer ganar en primera vuelta, ya que los sectores que menos votan (según estudio reciente del Pnud Chile) son los jóvenes, pobres y que viven en las ciudades. Para decirlo de manera resumida, la fragmentación de la izquierda y un alto abstencionismo son una combinación letal para la continuidad del centro izquierda en el poder.

Tercer interrogante: si el nuevo presidente tendrá mayoría propia en ambas cámaras del Congreso. Las reformas introducidas al sistema electoral durante el actual gobierno de Bachelet (sustitución del sistema binominal por uno de representación proporcional moderado) hace muy difícil en mi opinión que el próximo presidente cuente con mayoría propia en ambas cámaras, lo cual anticipa una gobernabilidad compleja. Si gana Piñera este deberá buscar apoyo parlamentario de sectores que están fuera de su grupo político, ya sea mediante el armado de una coalición estable o bien ley por ley.

Cuarta interrogante: si estas elecciones (en caso de ganar Piñera) deben ser interpretadas como el fin de un largo ciclo de gobiernos de centro izquierda (5 de los 6 gobiernos entre 1989 y 2017 fueron de centro izquierda) y el inicio (en línea con la nueva tendencia presente en la actualidad en América del Sur -que inauguraron Macri y Pedro Pablo Kuczynski- de un nuevo ciclo de gobiernos de centro derecha, más moderados ideológicamente que sus antecesores neoliberales de los años 90s del siglo pasado y por ende más de centro y pragmáticos, y con una agenda que pone énfasis en el crecimiento económico, la generación de empleos de calidad, y en tratar de sintonizar y dar respuesta a las crecientes demandas de una clase media cada día mas empoderada y exigente.

Resumiendo: quien salga electo este 19/11 o (lo mas probable) el próximo 17/12 tendrá como principal desafío liderar la “segunda transición” (en términos de Alejandro Foxley) que permita a Chile mejorar la calidad de su democracia, revertir la creciente desafección de la ciudadanía con sus representantes y hacer avanzar al país por la senda del desarrollo con inclusión y cohesión social.

Hoy por hoy, y sujeto a lo que pase durante la campaña de cara al balotaje, todo pareciera indicar que es Sebastián Piñera quien está más cerca de liderar esta responsabilidad. Empero, en procesos electorales con segundas vueltas no hay descartar sorpresas, como vimos en las elecciones de Macri y de Pedro Pablo Kuczynski.

Redacción