El encuentro duró alrededor de 50 minutos, más de lo previsto, y tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice
El papa Francisco se reunió este lunes en privado con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para analizar la tensión que se vive en Medio Oriente tras el reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel.
El encuentro duró alrededor de 50 minutos, más de lo previsto, y tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice en el Palacio Apostólico del Vaticano. Ambos coincidieron en la necesidad de promover la paz y la estabilidad en la región.
En medio de un imponente operativo de seguridad, que incluyó 20 vehículos en la comitiva oficial y el blindaje de las inmediaciones de la Plaza de San Pedro, el mandatario turco llegó hasta el Patio de San Damaso donde fue recibido por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein.
Erdogan llegó con un retraso de 17 minutos y fue recibido por el papa en la Sala del Tronetto, la antecámara de la biblioteca apostólica. “Le agradezco mucho por su interés”, dijo al saludar a Jorge Mario Bergoglio. “Gracias por su visita”, respondió.
Luego se sentaron frente a frente en un escritorio de madera y quedaron acompañados solo por un intérprete. Tras los 50 minutos de diálogo en privado, tuvo lugar un intercambio de regalos y la presentación de la comitiva turca.
El líder católico obsequió un medallón que, dijo, “representa un ángel de la paz estrangulando a un demonio de la guerra, símbolo de un mundo basado en la paz y en la justicia” y lo acompañó con un grabado de la basílica vaticana.
El presidente entregó un cuadro de mosaicos que representa la ciudad de Estambul y cuatro libros en italiano de Rumi (Mevlana), teólogo musulmán sufi y poeta de origen persa del siglo XIII.
Tras saludar a los 16 miembros de la delegación, Francisco acompañó a Erdogan y a su esposa hasta la puerta de salida. El papa los despidió pidiendo que recen por él, mientras el presidente respondió: “También nosotros esperamos una oración suya”.
En una nota posterior, el Vaticano calificó el coloquio como “cordial” y reveló que, durante el mismo se abordó la situación de Turquía, la condición de la comunidad católica en el país, el compromiso por la acogida de los numerosos refugiados y los desafíos vinculados.
“Se analizó la situación en Medio Oriente, con particular referencia al estatuto de Jerusalén, evidenciando la necesidad de promover la paz y la estabilidad en la región a través del diálogo y la negociación, en el respeto de los derechos humanos y la legalidad internacional”, añadió.
Tras despedirse, Erdogan fue recibido en audiencia privada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, quien estuvo acompañado por el responsable para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
Con la visita de este lunes, un presidente de Turquía volvió al Vaticano tras casi 60 años sin hacerlo. La última vez que un mandatario de dicha nación pisó el Estado pontificio corría el año 1959 y se trató de Celal Bayar, quien se reunió con Juan XXIII.
Redacción