Padre recuperó la custodia de su hija para después matarla a golpes

El británico Ben Butler cumple actualmente una condena de 23 años de prisión en una cárcel del Reino Unido por uno de los delitos más terribles que puede cometer un padre: matar a su propio hijo menor de edad.

Dicho crimen se remonta a hace casi tres años, cuando acabó con la vida de Ellie, su hija de entonces seis años, a la que golpeó de forma brutal, según las explicaciones de los forenses. Lo que hace aún más trágico al suceso es que la muerte de Ellie se pudo haber evitado, puesto que Butler había perdido previamente la custodia por un episodio similar de violencia que la menor sufrió cuando tenía 18 meses.

Por aquel entonces, los padres de Ellie no vivían juntos, cuando Jennie Gray, su madre, había dejado a la niña con Ben durante un fin de semana. Desde entonces nada se sabe de lo ocurrido en el apartamento del progenitor, pero sí que Ellie acabó en el hospital con una lesión cerebral. A consecuencia de eso, los padres perdieron la custodia de la niña e iniciaron una batalla legal para recuperarla. La lesión cerebral de Ellie resultó reversible, por lo que tras muchas vistas y juicios ayudó a la intención de los padres de recuperar su custodia legal.

Por un error judicial la recuperaron

El proceso que devolvió la custodia a los padres de Ellie, quienes ya vivían juntos por aquel entonces, fue clave el papel de la magistrada, Mary Claire Hogg, una jueza que pese a su amplia experiencia, cometió probablemente el mayor error de su carrera.

Luego de escuchar al menos a 20 médicos y diferentes forenses, la jueza determinó en 2012 que los padres debían recuperar la custodia. Señaló que era cierto que Ellie padecía algunas patologías, pero, según valoró la magistrada, podían hacer aparecer lesiones que se confundieran con golpes.

Por esta razón, la Justicia devolvió a la niña con su familia. Pero eso no fue todo. La magistrada determinó que la devolución fuera completa, por lo que los Servicios Sociales quedaban al margen del seguimiento y control de la familia.

Los abuelos maternos de Ellie lucharon con todas sus fuerzas para obtener la custodia y evitar que la menor fuera devuelta a su hija y a su pareja, el padre biológico de la niña. Los abuelos no lo consiguieron y eso a la larga significaría el comienzo de su terrible final: la pequeña fue asesinada por el padre mientras la madre intentaba ocultar el crimen y obstruir la acción de la justicia, delito por el que fue finalmente condenada.

Tras recuperar a su hija, la familia se mudó a otra zona de Inglaterra, donde Ellie se matriculó en un nuevo colegio, al que faltaba con asiduidad o llegaba con lesiones. Cuando el director del centro pidió los primeros justificantes de las ausencias de la niña fue, según su propio relato, cuando empezaron a surgir los problemas con los padres.

El centro no iba a tener demasiado tiempo para investigar a la familia, ya que Ellie iba a fallecer el 28 de octubre de 2013 tras sufrir una fractura masiva de cráneo.

De acuerdo con la sentencia que condenó a su padre, “Ellie murió como resultado bien de que su padre la golpeó en la parte posterior de la cabeza con la pata de una mesa o bien la golpeó con tanta fuerza que la pata se rompió cuando la cabeza de la menor se dio contra la mesa, lo que explica la fractura de cráneo que generó su muerte”.

Luego de esta acción, los padres intentaron tapar la muerte de Ellie. De hecho, ocultaron el fallecimiento y enviaron al hijo pequeño de la pareja a descubrir el cadáver, como si hubiera sido una muerte natural.

No obstante, en la audiencia, reconocerían los hechos, por los que la madre fue condenada a 42 meses de prisión por el delito de obstrucción. Señaló que quería evitar que su pareja y padre de Ellie, Ben Butler, fuera a prisión.

Su hijo pequeño acude a terapia desde entonces ya que quedó traumatizado al encontrar el cuerpo sin vida de su hermana mayor.

Con información de Agencias