El sumo pontífice reconoció el martirio del obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Wenceslao Pedernera, asesinados por la última dictadura del país sudamericano
En las últimas horas, el papa Francisco decidió reconocer el martirio del obispo Enrique Angelelli, así como a los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville, además del laico Wenceslao Pedernera. Se espera que la beatificación de los cuatro, víctimas de la dictadura argentina, sean beatificados en noviembre.
La noticia fue dada a conocer por el propio Francisco a Marcelo Colombo, obispo de La Rioja. Sobre la llamada, este último dijo que “en sus palabras cálidas y paternales, al comunicarme esta hermosa novedad, el santo padre Francisco me animó a comenzar cuanto antes los trabajos preparatorios para la oportuna beatificación”.
La noticia es importante para el propio pontífice, pues conoció a Angelelli como jesuita y con quien se mantuvo en contacto hasta su asesinato, el 4 de agosto de 1976. Los cuatro son conocidos como los “mártires de Chamical”, debido a la zona en que murieron, razón por la cual todos los expedientes se procesaron como una sola causa.
Los homicidios tenían un solo objetivo, desarticular a una iglesia defensora de los derechos de los trabajadores y los excesos de la dictadura en el país sudamericano. Para desgracia de los asesinos, el deceso de Angelelli lo convirtió en una figura emblemática e incómoda para el establishment.
Colombo, quien tiene preparada una ceremonia por los 42 años de la muerte del obispo, dijo en una carta a sus feligreses que la misma servirá para “celebrar la vida que nos viene del señor y que en Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao fue entregada por amor a Dios y a los hombres”.
“En las próximas semanas podré comunicarles más detalles de la ceremonia de beatificación que compromete desde ya nuestra oración. ¡Dios bendiga a La Rioja y a su Iglesia! ¡Dios bendiga al pueblo riojano! Los abrazo y bendigo en Jesús, nuestro niño alcalde y buen pastor”, añadió.
Ahora, el obispo Colombo deberá trabajar arduamente para organizar la beatificación, especialmente tomando en cuenta que su servicio terminará el 9 de agosto, cuando asuma la arquidiócesis de Mendoza.
Con información de La Stampa