HRW sostiene que la posibilidad de que el Tribunal Supremo elimine el derecho al aborto refleja lo poderosa que es la extrema derecha en Estados Unidos
El retroceso en el derecho al aborto que se vive en Estados Unidos muestra “lo poderosa que es la extrema derecha” en el país y se engloba en un resurgimiento a nivel global de movimientos que intentan imponer una regresión en cuestiones sociales, según el director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth.
En una entrevista con Efe, Roth destaca cómo EE.UU. está yendo en este ámbito en “la dirección opuesta a Latinoamérica”, con numerosos estados aprobando normas que limitan enormemente la posibilidad de abortar y la expectativa de que el Tribunal Supremo elimine el derecho federal a la interrupción del embarazo.
“En Latinoamérica ha habido un tremendo progreso en el respeto al derecho al aborto. Aún no está donde queremos, pero es un gran avance. Y de pronto, hay muchos estados en Estados Unidos que están por detrás de lugares como México o Argentina, y eso es inquietante”, explica el veterano activista estadounidense.
Según Roth, la situación refleja “lo poderosa que es la extrema derecha en Estados Unidos” en estos momentos.
El jefe de HRW, que tiene previsto dejar el cargo el próximo agosto tras casi tres décadas al frente de la ONG, enmarca lo que se vive en EE.UU. con un corriente retrógrada que se ve en buena parte del mundo y que, a su juicio, es especialmente obvia en Rusia, Hungría o Polonia.
“Hay una tendencia a usar estos llamamientos a valores tradicionales para promover entre un electorado conservador una vieja idea idealizada de la familia, que tiende a suponer que no existen personas LGBT, que las mujeres no trabajan y que su tarea es quedarse en casa y tener bebés”, explica.
Según Roth, “se trata de una idea muy retrógrada de cómo se debe organizar la sociedad” que tiene atractivo para parte de la población, pero que en general es abrazada por gobiernos que no están logrando resultados en otros ámbitos como el económico y se aferran a “los nostálgicos” para mantenerse en el poder.
A su juicio, pese al apoyo que estas posturas encuentran en parte del electorado, el sentimiento no es mayoritario en ninguna de estas sociedades y, en cualquier caso, “los derechos de los gais o de las mujeres no deberían juzgarse por el voto de una mayoría”.
“Deberían ser derechos básicos que existen independientemente del gobierno” que haya, recalca.
Con información de EFE