La operación encubierta “sin precedentes” servirá para desmantelar redes de tráfico de personas en toda Latinoamérica y contener así la migración irregular
Estados Unidos reveló que lanzó una operación encubierta “sin precedentes” para desmantelar redes de tráfico de personas en toda Latinoamérica y contener así la migración irregular que se dirige hacia la frontera sur estadounidense.
La Casa Blanca hizo el anuncio como parte de la “Declaración de Los Ángeles sobre migración y protección”, que se firmará en la ciudad californiana con la presencia del presidente estadounidense, Joe Biden, en la última jornada de la IX Cumbre de las Américas.
“En los últimos dos meses, Estados Unidos, bajo el liderazgo del Departamento de Seguridad Nacional, ha desplegado a más de mil 300 miembros de su personal en toda la región e invertido más de 50 millones de dólares (en la operación encubierta)”, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
Hasta finales de mayo, esos agentes han protagonizado unas 20 mil medidas para perturbar a las redes de tráfico de migrantes, incluidos “arrestos y procesamientos, confiscación de propiedades como casas y vehículos utilizados para traficar con personas, e investigaciones criminales”, según la nota oficial.
El Departamento de Seguridad Nacional calcula que eso ha provocado que a la frontera sur estadounidense lleguen “900 migrantes menos cada día”, y asegura que sus esfuerzos no han hecho “más que comenzar”.
Estados Unidos está coordinando la operación con el Gobierno de México, además de con el Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI), dijo el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, en una entrevista con la cadena CNN.
“Tanto en sus dimensiones como en su alcance, en sus tácticas y su estrategia, esto es algo realmente sin precedentes”, recalcó Mayorkas.
La operación ha permitido arrestar a casi 2 mil traficantes en las últimas ocho semanas, de acuerdo con fuentes oficiales citadas por CNN.
El anuncio se produce mientras una gran caravana de migrantes que partió el pasado lunes con 15.000 personas desde Tapachula, fronteriza con Guatemala, continúa disgregada pero firme su avance por el sur de México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
La llegada de migrantes indocumentados a la frontera sur estadounidense ha alcanzado niveles récord en los últimos meses, aunque Estados Unidos sigue expulsando inmediatamente a la mayoría de los que llegan sin darles la oportunidad de solicitar asilo.
Una de las justificaciones legales que Washington emplea para esas expulsiones es una medida de salud pública conocida como Título 42 y amparada en la pandemia, que Biden ha intentado levantar pero que sigue en vigor, al menos de momento, por orden de un juez federal.
Con información de EFE