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Bombardeos contra bastión yihadista en Siria deja 27 civiles muertos
Foto de Amer Alhamwe/AFP

Los bombardeos del régimen sirio mataron este martes a por lo menos 27 civiles, entre ellos once niños, en la provincia de Idlib, último bastión yihadista en Siria, y la vecina Alepo, informó una oenegé.

Desde el domingo, los disparos de artillería diarios contra Idlib, en el noroeste del país en guerra, han matado más de 50 civiles, de los cuales muchos niños, según el recuento del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Los bombardeos casi diarios están destruyendo también hospitales y escuelas.

La provincia de Idlib, así como sectores en las provincias vecinas de Hama, Alepo y Latakia están en manos del grupo yihadista Hayat Tahrir Al Sham (HTS, exfilial de Al Qaida).

Las fuerzas fieles al régimen de Bashar al-Ásad controlan una parte del sudeste y otra del este de Idlib.

Desde fines de abril, a través de ataques aéreos, pero también de combates en tierra, han logrado recuperar varias ciudad en el sur de esta provincia y en el norte de Hama.

El martes, al menos 27 civiles, entre ellos nueve niños, murieron en los ataques contra la región de Jabal Al Zawiya en el sudeste de Idlib, así como en zonas de la vecina Alepo, como la localidad de Kafr Halab, según el OSDH.

En Kafr Halab, once civiles murieron en una calle comercial que se encontraba repleta de gente en el momento del ataque, según un corresponsal de la AFP.

Partes de cuerpos humanos yacían en el suelo. Vehículos y comercios quedaron totalmente destruidos, y las persianas de hierro de las tiendas estaban retorcida en medio de escombros calcinados.

Un hospital en la localidad de Kafranbel, en Idlib, fue alcanzado por disparos de artillería, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCAH).

El establecimiento “estaría fuera de servicio a raíz de daños importantes”, indicó a la AFP un portavoz de OCAH, David Swanson.

La provincia de Idlib es objeto desde septiembre de 2018 de un acuerdo entre Moscú y Ankara que apoya a algunos grupos rebeldes sobre una “zona desmilitarizada” para separar a los territorios insurgentes de las zonas gubernamentales vecinas.

Este acuerdo, parcialmente respetado a raíz del rechazo de los yihadistas de retirarse de la futura zona tapón, había impedido una ofensiva de envergadura del ejército sirio.

Pero el régimen sirio continuó llevando a cabo ataques de manera intermitente, antes de intensificarlos a partir de fines de abril.

Este martes, Francia dijo, sin más precisiones, disponer de un “indicio del uso de armas químicas en la zona de Idlib“, aunque sin “verificación” por el momento.

Estados Unidos denunció el 22 de mayo que poseía “indicaciones” según las cuales el régimen de Bashar al-Ásad habría llevado a cabo un “ataque” con cloro el 19 de mayo en el noroeste de Siria, y amenazó con represalias.

El gobierno sirio desmintió en cada oportunidad cualquier responsabilidad en ataques químicos que le fueron atribuidos durante el conflicto.

Desde hace un mes, más de 260 civiles, entre ellos 60 niños, murieron en los ataques y enfrentamientos en Idlib, según la OCAH. Más de 200,000 personas huyeron de los combates, según la OCAH.

En Siria la guerra iniciada en 2011 ha causado más de 370,000 muertos y la huida de millones de personas.