El presidente Bolsonaro promovió en la ONU un ‘tratamiento precoz’ contra COVID-19, polémico cóctel de remedios de dudosa eficacia promovido por su Gobierno
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, defendió el llamado “tratamiento precoz” contra COVID-19 ante la Asamblea General de la ONU y dijo no entender “cómo” muchos países y parte de la prensa global se oponen.
“Apoyamos el tratamiento precoz”, dijo Bolsonaro, el primer líder en pronunciarse ante la Asamblea General, en alusión a un polémico cóctel de remedios promovido por su Gobierno frente a la pandemia y que incluía remedios de dudosa eficacia, como la cloroquina.
“Yo fui uno de los que hizo ese tratamiento inicial”, indicó en referencia a cuando contrajo COVID-19, y dijo no entender “cómo muchos países y parte de los medios de comunicación se pusieron en contra”, y agregó que “la historia” dirá quién estaba correcto.
En relación a la pandemia, presentó datos oficiales según los cuales 38 por ciento de sus 213 millones de brasileños ha recibido hasta ahora las dos dosis necesarias, mientras 67 por ciento solo se ha aplicado la primera.
Según esos mismos datos, Brasil es uno de los países más afectados del mundo y suma casi 591 mil muertes por coronavirus, supera los 21.1 millones de casos y, aun con las cifras a la baja, ha tenido en las últimas dos semanas un promedio de 556 muertes por día.
“Apoyamos la vacunación”, pero no el “pasaporte sanitario”, dijo el mandatario, quien reniega de los antígenos, aún no se ha aplicado ninguno y ha generado polémicas por eso en Nueva York, donde está la sede de las Naciones Unidas.
El líder brasileño, quien también se resiste al cubrebocas, aunque la usó al llegar al recinto de la ONU, llegó a burlarse este lunes ante el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, de no haberse vacunado, lo cual justificó en que ya tuvo COVID-19 y que eso le ha dejado “una tasa de inmunización muy alta”.
En su discurso, de 12 minutos, Bolsonaro también hizo un vasto repaso de las acciones adoptadas por su Gobierno para auxiliar a las empresas y los más pobres frente a la pandemia e insistió en que la “política de quedarse en casa” no solo no controló la crisis sanitaria, sino que además perjudicó a la economía global.
Aun así, subrayó que Brasil ha sido uno de los países emergentes que “mejor” respondió a las dificultades económicas generadas por la pandemia y afirmó que la economía nacional crecerá en torno a 5 por ciento este año e invitó a los inversores extranjeros a apostar en el país y en los planes de privatización del Gobierno.
También volvió a insistir en que Brasil es uno de los países que “más protege” sus ecosistemas, sin hacer mención a los incendios que han consumido parte de la Amazonía, y garantizó que las políticas que se aplican en defensa del medioambiente son “un ejemplo para muchos de los países del mundo”.
En su discurso, el líder de la ultraderecha dijo que, en enero de 2019, cuando asumió el poder, Brasil estaba “al filo del socialismo” pero ahora tiene “un presidente que cree en Dios, que respeta a la Constitución, valora a la familia y debe lealtad a su pueblo”.
Con información de EFE