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El desfile del Orgullo Gay vuelve a la Avenida Paulista tras dos años de pandemia
Participantes disfrutan del desfile del Orgullo Gay hoy, en Sao Paulo (Brasil). EFE/ Fernando Bizerra Jr.

La Avenida Paulista, principal y más emblemática vía de Sao Paulo, mayor ciudad brasileña, prácticamente fue cubierta por la bandera del arco iris este domingo por cientos de miles de personas que volvieron a las calles tras dos años de pausa por la pandemia para conmemorar el Día del Orgullo Gay.

El Desfile del Orgullo LGBT+ de Sao Paulo volvió a confirmarse como uno de los más multitudinarios del mundo, ya que las decenas de cantantes y grupos que lo animaron, que se presentaron en lo alto de 19 inmensos camiones adaptados con plataforma y poderosos amplificadores de sonido, atrajeron a cerca de tres millones de personas, según los cálculos de sus organizadores.

El lento y congestionado desfile por los menos de tres kilómetros de extensión de la Avenida Paulista se prolongó por más de seis horas y tan solo en su comienzo, a las 12.00 hora local (15.00 GMT), la multitud llenaba ocho calles de la vía que concentra las principales instituciones financieras del país.

Y, tras haber escogido como lema para su edición de este año “Vote con Orgullo”, en referencia a las elecciones presidenciales, legislativas y regionales de octubre en Brasil, el evento se caracterizó por su elevado tono político y por las críticas al presidente Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña y cuestionado por sus reiteradas manifestaciones homofóbicas.

“Bolsonaro no nos representa. No agrega nada. Está en contra de nuestros derechos. No nos apoya. Por el contrario: es un homofóbico”, dijo a Efe Paula Castro, una joven de 27 años que desfilaba con una pancarta con un eslogan muy común en el desfile: “Fuera Bolsonaro”.

La joven agregó que espera que una posible victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, líder progresista y favorito en todos los sondeos de intención de voto para las presidenciales de octubre, permita un cambio en la situación ya que “aún hay mucho a ser conquistado porque estamos en una lucha diaria que nunca para”.

Pese a que los organizadores insistieron en que su objetivo fue promover una marcha suprapartidaria y sin intereses electorales, el candidato preferido del público quedó claro desde el comienzo, así como el mayoritario rechazo al actual jefe de Estado.

Uno de los símbolos más enarbolados por los participantes fue la figura de la concejala Marielle Franco, la dirigente izquierdista asesinada hace cuatro años en Río de Janeiro tras haberse destacado como representante de las mujeres, los negros, los pobres y los homosexuales.

El ambiente le sirvió para promoverse a candidatos de izquierda y con banderas de defensa de la diversidad sexual y de género como el líder sin techo Guilherme Boulos, presidente del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que aspira a un escaño en la Cámara de Diputados.

Es un placer inmenso volver a las calles y reforzar al público de su responsabilidad en apoyar representantes que estén comprometidos con un Brasil más justo e igualitario”, afirmó Claudia García, presidenta de la APOLGBT, la asociación organizadora.

Los participantes dejaron claro con sus cánticos y letreros que quieren políticos que representen la comunidad LGBTQIA+.

Queremos representatividad y respeto para que termine la discriminación. No estamos peleando. Tan solo queremos que paren de matarnos. Brasil es el país que más mata personas LGBT en el mundo. Por eso nuestra principal reivindicación es respeto. Porque aún hay mucha homofobia”, dijo a Efe Gabriela Mendes, de 22 años.

Tras la interrupción de dos años provocada por las medidas de distanciamiento social impuestas para hacer frente a la pandemia de la covid, la vigésima sexta edición del Desfile del Orgullo Gay se convirtió en el evento que más reunió público en Sao Paulo desde el primer caso de coronavirus en Brasil, en febrero de 2020.

Los desfiles de los dos últimos años fueron virtuales pero el fin de la emergencia sanitaria, el avance de la vacunación y el desmonte de casi todas las medidas preventivas contra la covid permitieron que la multitud volviera a tomarse la Avenida Paulista.

Pese a la expectativa de los organizadores de romper sus récords, el desfile no alcanzó los 3,5 millones de participantes que en años anteriores hicieron que el evento fuera incluido en el Libro de Récords de Guiness como el mayor de su género en el mundo.

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Participantes disfrutan del desfile del Orgullo Gay hoy, en Sao Paulo (Brasil). EFE/ Fernando Bizerra Jr.

Para atraer a la multitud, los organizadores apostaron en cantantes y artistas populares y de peso que se han declarado homosexuales o defensores de la diversidad como Pabllo Vittar, Ludmilla, Pepita, Liniker, Gretchen y Luisa Sonza.

La multitudinaria participación también fue posible porque el evento ha conseguido atraer al público heterosexual y a las familias, muchas de las cuales desfilan para homenajear a sus parientes, como los representantes de la red de apoyo “Madres por la Diversidad“.

“Vinimos a luchar por los derechos de mi hijo: un niño transgénero de 9 años. Vinimos para que él también conozca otras personas igual a él”, dijo a Efe Mónica Merli.

El desfile exigió la movilización de 2.000 policías y 254 patrullas para garantizar la seguridad.

Con eventos paralelos que comenzaron desde el jueves, como la Marcha de los Transexuales, el Desfile del Orgullo Gay se convirtió en un nuevo atractivo turístico de Sao Paulo, que puede mover hasta unos 80 millones de dólares con la red hotelera de la ciudad ocupada en un 80 % este fin de semana.

Con información de EFE