La inversión reforzará las capacidades científicas del Instituto de Ciencias Marítimas y mejorar sus infraestructuras para la investigación científica en la Barrera de Coral
El Gobierno australiano anunció una inversión de 63.6 millones de dólares australianos, equivalentes a 47 millones de dólares, para mejorar la capacidad científica dirigida a proteger a la Gran Barrera de Coral, un Patrimonio de la Humanidad que ha sido duramente golpeado por los efectos del cambio climático.
El anuncio coincide con la visita entre el 21 y el 30 de marzo de una misión de la ONU a la Gran Barrera, situada frente a las costas del noreste australiano, para evaluar su estado de conservación, así como los esfuerzos a largo plazo en torno a la sostenibilidad del Ejecutivo de Camberra para protegerla.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, explicó que la inversión servirá para reforzar las capacidades científicas del Instituto Australiano de Ciencias Marítimas (AIMS), así como para mejorar sus infraestructuras y barcos esenciales para la investigación científica en la Gran Barrera de Coral (también llamada de Arrecifes).
Morrison, quien busca la reelección en los próximos comicios de este año, recalcó que este nuevo monto se suma a los más de 2.215 millones de dólares (2.013 millones de euros) destinados al Plan Arrecifes 2050, creado en 2015 para evitar que la Unesco incluya a la Gran Barrera en la lista de Patrimonio en Peligro.
La Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera de Arrecifes (GBRMPA) confirmó el viernes pasado que la Gran Barrera, que con su superficie de 348 mil kilómetros cuadrados es el mayor sistema coralino del mundo, sufre un “preocupante” y “severo” blanqueo masivo de corales.
La Gran Barrera de Arrecifes – que ha sufrido previamente importantes blanqueos en 1998, 2002, 2016, 2017 y 2020- corre el riesgo de ser declarada Patrimonio en Peligro en junio del próximo año si la misión de la Unesco que visita Australia así lo recomienda, tras salvarse el año pasado de ser incluida en esta lista negra.
Este arrecife, cuya situación pasó a ser calificada a finales de 2020 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de “preocupación significativa” a “crítica” -la peor calificación de conservación-, sigue estando a merced del cambio climático.
Hogar de 400 tipos de coral, mil 500 especies de peces y 4 mil variedades de moluscos, la Gran Barrera comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de CO2 en la atmósfera.
Con información de EFE