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El puente que fue construido al revés
Foto de Red Los Ríos.

El que iba a ser el primer puente basculante en la historia de Chile hoy, cinco años después de la colocación de la primera piedra, el gobierno ordenó su demolición y reconstrucción desde cero.

De acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas de Chile, la razón de la demolición de dicha obra es que Azvi, la empresa española responsable, colocó al revés una de las piezas principales, uno de los tableros que conforman la parte levadiza.

La obra, que implicó un gasto millonario, tendrá un costo adicional de 15 millones de dólares y se verá inaugurada hasta 2017, cuando se esperaba poner en funcionamiento en marzo de 2014.

Azvi prefirió no emitir declaración alguna al medio BBC cuando se puso en contacto con ella.

Problemas al inicio

El proyecto del puente sobre el río Cau Cau, en la región chilena de Los Ríos, a 850 kilómetros al sur de la capital Santiago, comenzó a gestarse en 1991. Dicha obra tenía como misión conectar Valdivia, la capital de la región, con la costa, como parte de las continuas exigencias de los ciudadanos desde hace décadas.

No obstante, han habido complicaciones diversas dese el proceso de licitación. De hecho, la primera de ellas, en 2005, se declaró desierta, porque la única empresa que concurrió al concurso, pedía un 70 por ciento más de presupuesto que el establecido.

La segunda licitación fue abierta hasta seis años después, en agosto de 2011, y fue cuando se adjudicó a Azvi por 13 mil 900 millones de dólares.

La empresa había diseñado un puente de 90 metros de largo que uniría a Isla Teja con Las Ánimas, formado por dos tramos móviles y elevables que permitirían la navegación por el río. Cabe resaltar que la necesidad de construir un puente basculante era necesaria, ya que la empresa Astilleros y Servicios Navales (ASENAV) se sitúa y opera cerca del río, y da salida a las embarcaciones que construye por ese tramo.

Diversos escándalos

Las obras, así, dieron inicio en 2011, y no fue un par de años después cuando se suscitaron los escándalos.

En diciembre de 2013, la Brigada de Delitos Económicos (BRIDEC) de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), detuvo a Roberto Méndez Carrillo, el topógrafo del puente sobre el Cau Cau, por ejercicio ilegal de la profesión. Méndez presentó documentación falsa para trabajar en la empresa. Había entregado un título de ingeniero en geomensura de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), cuando en realidad no había sido formado como tal. Así lo confirmó el centro de estudios y presentó una demanda en su contra.

Plataforma puesta al revés

No obstante, la dimensión de ese episodio quedó minimizada cuando en 2014, con el 95 por ciento de la obra construida, y pasado el plazo inicial de inauguración, se detectó un increíble fallo mayor en la construcción de la infraestructura.

Las autoridades locales informaron que una de las plataformas móviles había sido instalada al revés. El puente sufría una desviación de 75 centímetros entre el eje estructural fijo y su parte móvil, por lo que, cuando no estaba elevado, en el centro se creaba un bache. Además, el carril para bicicletas diseñado, quedaba a la derecha en una mitad del puente y a la izquierda en la otra.

Omar Sabat, el alcalde de Valdivia, fue quien pidió entonces al Ministerio de Obras Públicas (MOP), además encargado de la ejecución de la obra, un informe técnico para analizar qué medidas correspondía adoptar. Señaló el alcalde que existía un error en las etiquetas para la instalación de los brazos del puente, que habían sido enviados desde España.

Fue entonces que Loreto Silva, titular de Obras Públicas, atribuyó la responsabilidad de la equivocación a la constructora Azvi, “una empresa que tiene prestigio, que acreditó experiencia y que no debe cometer errores de esta naturaleza”, afirmó.

Ante esto, la empresa emitió un comunicando reconociendo el error: “se han detectado errores en las pendientes transversales de la cubierta del tablero que serán subsanados durante el proceso de acabado de la obra”.  Sin embargo, había señalado que corregiría “sin que sean necesarias obras de gran envergadura”.

Problemas sobre problemas

La primera solución que se planteó fue repavimentar una de las plataformas para nivelar el puente. Sin embargo, ello no terminó con los problemas.

A los meses, en febrero del año pasado, se comprobó que el sistema de alzamiento de los brazos del puente no funcionaba, debido a que uno de los cilindros necesarios para hacer ese trabajo se rompió.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) pidió al consultor independiente Sergio Contreras elaborar informes sobre lo ocurrido, y señaló que la rotura se debía a la mala calidad del material, por el empleo de acero que no cumplía con la certificación requerida, y que la soldadura estaba mal ejecutada. “Todas las soluciones adoptadas para ajustar la geometría del tablero, produjeron un aumento en el peso (…) que repercute en mayor o menor medida en el sistema de levante”, concluyó tras elaborar un documento de 114 páginas.

Sin embargo, fue en junio de 2015 cuando la sucesión de problemas acababa, pero con la finalización del contrato con la empresa responsable de la construcción del puente, la española Azvi.

Va de nuevo

Continuaron los informes y los análisis, con los que el gobierno podrá decidir el destino del puente.

Se realizó un estudio hecho por la compañía estadounidense de ingeniería Hardesty & Hanover, y planteaba dos posibilidades: demoler los brazos del puente o asumir el riesgo que no garantizaba la solución de los problemas. “No podemos vernos expuestos a que obras tan emblemáticas para una ciudad sean permanentemente dilatadas y sean sometidas a estos retrasos”, opinó el senador Alfonso De Urresti cuando el informe fue presentado ante el Senado hace siete días.

El pasado martes, el ahora Ministro de Obras Públicas anunció en conferencia de prensa la decisión final. “El término de los estudios nos permite afirmar que el puente tiene que ser hecho, en lo medular, completamente de nuevo”.

De acuerdo con el MOP, la reconstrucción supondrá un gasto extra de 15 millones de dólares, un desembolso que pretende que haga la empresa Azvi, ya que la licitación se hizo a través de un “contrato con cargos”.

El puente al revés como atracción turística

Los ciudadanos se han manifestado en redes sociales sobre el puente. “Adiós puente Cau Cau. Nos diste una gran lección de perseverancia: nunca bajar los brazos”, escribió un usuario en Twitter.

“Una vergüenza de profesionales; nadie da la cara. ¿Y quién paga tanto desastre?”, se quejó otro.

En tanto, una agrupación de Turismo Fluvial (ATF) señaló que los paseos por el río para observar el puente es el servicio, en esa localidad, que más solicitan los visitantes.

Señala la ATF que en lo que va del año ya lo han utilizado unos 350 mil turistas, y significa ello un aumento del 16.6 por ciento más que el año pasado.

Así, los locales no tendrán puente, no tienen respuesta a qué va a ser de él, pero al menos tienen un nuevo atractivo turístico.

Con información de BBC