Mortensen está en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) que se inauguró con una función de su cinta “The dead don’t hurt”
El actor estadounidense Viggo Mortensen está en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) que se inauguró con una función de su cinta “The dead don’t hurt”, en la que pudo vivir, dijo en una entrevista, lo que más le gusta del cine: la colectividad.
“Yo diría que en general, y también específicamente de persona a persona, lo que más me afectó y me ayudó (en el proceso de hacer la película) fue que a un grupo bastante grande de personas que no conocía les gustara esta cosa que escribí en el encierro en mi cuartito de Madrid en 2020”, compartió Mortensen, quien escribió, protagonizó, dirigió y musicalizó la cinta.
La película fue rodada en un 90 por ciento en el estado de Durango, donde Mortensen encontró el lugar ideal para este western que protagoniza una mujer independiente de nombre Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps) que se embarca en una relación con un migrante danés, Holger Olsen (Mortensen), a quien conoció en San Francisco para después viajar juntos a su pueblo.
Sin embargo, la Guerra Civil los separa y Vivienne se queda sola y tiene que enfrentarse a poderosos y violentos personajes.
Las personas implicadas en la película fueron en su gran mayoría mexicanos, además de un equipo que llevó Mortensen de diversas nacionalidades.
Danny Huston, quien interpreta al corrupto alcalde del pueblo de Olsen, explicó que durante el rodaje el director colocó banderas de todos las nacionalidades presentes, algo que, dijo, unió al equipo.
Mortensen se siente agradecido con todas las personas del equipo porque la película cobró sentido cuando todos los involucrados se pusieron a remar en la misma dirección.
“Me afectó que les gustara algo que escribí solito y que otros dijeran ‘dale, sí, esto podría ser un viaje interesante, me sumo, vamos a hacerlo juntos’. Y ver a personas de todos lados que estaban comprometidos, todos queríamos contar esta historia y cuando se engrasó la máquina éramos una máquina que estaba funcionando”, destacó el actor, quien también es poeta y músico.
La decisión de rodar en México vino después de que Mortensen le mostrase el guión a la mexicana Regina Solórzano, productora y directora de Talipot Studio, quien le dijo que no era obligatorio que grabaran en México, pero lo invitó a conocer ciertas zonas del país para que examinaran si funcionaban.
En Durango, el director, quien dijo ser profundamente meticuloso con la selección de locaciones, encontró el lugar ideal para rodar su segunda película como director.
Tanto Solórzano como Mortensen y Huston coincidieron en que todo el proceso de “The dead don’t hurt” fue disfrutable y honesto.
La productora concordó con Mortensen en que en el cine “lo importante es que los humanos entiendan la importancia del colectivo”, algo en lo que esta película incidió a un lado y al otro de la pantalla.
“Lo que decíamos en pantalla es lo que decíamos cada día en el rodaje”, dijo Solórzano.
Por último, Mortensen, quien consideró “un pequeño milagro” lograr sacar adelante una película y todavía más milagroso que conecte al equipo y con el espectador, aseguró otro motivo para hacer cine es que la audiencia “entra al cine con la esperanza de que va a pasar algo”.
“Vas con la buena voluntad. Nosotros hacemos cine con la esperanza de que nos toque vivir algo diferente mientras lo hacemos y que aprendamos algo”.
Con información de EFE