El Banco Mundial advirtió que la economía de Latinoamérica se reducirá ante la incertidumbre por el COVID-19, la alta inflación y la guerra en Ucrania
El Banco Mundial (BM) rebajó la proyección de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe de 2.6 a 2.3 por ciento para este año ante la incertidumbre por el coronavirus, la alta inflación y la guerra en Ucrania.
En su informe semianual para la región la institución con sede en Washington también redujo la perspectiva de crecimiento para 2023, que pasó de 2.7 a 2.2 por ciento, y situó la de 2024 en 2.4 por ciento.
Por países, el BM prevé que en 2022 Brasil crezca 0.7 por ciento; Argentina 3.6 por ciento; Colombia 4.4 por ciento; Perú 3.4 por ciento; Ecuador 4.3 por ciento; Chile 1.9 por ciento; Bolivia 3.9 por ciento; Uruguay 3.3 por ciento; y Paraguay 1.5 por ciento.
En Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, la proyección es que México crezca 2.1 por ciento; Costa Rica 3.4 por ciento; República Dominicana 5 por ciento; El Salvador 2.9 por ciento; Guatemala 3.4 por ciento; Honduras 3.1 por ciento; Nicaragua 2.9 por ciento; y Panamá 6.5 por ciento.
Según el BM, estas subidas del Producto Interno Bruto (PIB) permitirán a la mayoría de los países de la zona revertir las pérdidas que experimentaron en los dos últimos años por la crisis económica derivada de la pandemia.
Sin embargo, de confirmarse estas proyecciones, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se situará entre los más bajos del mundo, a un nivel similar al de Medio Oriente y el Norte de África; y por debajo del África subsahariana, Europa y Asia.
“El crecimiento (previsto) no es suficiente para contribuir a paliar los niveles de pobreza en la región, y además es un retorno a las tasas de crecimiento de la década de 2010, cuando Latinoamérica y el Caribe crecían por debajo del resto del mundo”, indicó el economista jefe del BM para la región, William Maloney, en la presentación del informe.
Maloney dijo que se trata de un “problema estructural” más allá de las dificultades causadas por la pandemia y explicó que los retos que ya existían antes de 2020 están volviendo a salir a relucir, como el elevado porcentaje de empleo informal y los altos índices de pobreza.
Del lado positivo, el BM destacó que el proceso de vacunación se ha generalizado en la región, lo que ha llevado a que las empresas estén volviendo a contratar a trabajadores y a que las escuelas hayan reabierto sus puertas para a la enseñanza presencial.
Con información de EFE