Ahora en lo que está el presidente es que el sucesor, del que ya dio el retrato hablado, sea uno de los suyos, mejor dicho, de las suyas

            No hay otro candidato como él, conocido, competitivo y que daría un vuelco al proceso de la Ciudad de México, a la oposición, al oficialismo y, sin duda, influiría en el proceso presidencial

Mejía iba y venía, pero sin dejar el cargo. Lo suyo era la candidatura de Coahuila, no la seguridad, brecha que se fue ampliando hasta darle prioridad a su precampaña, con todo el dinero que gastó y sin saber su origen

Y hasta ahí la propuesta que Ebrard no va a soltar. Cuando le responda Delgado, sabremos si fue el presidente López Obrador o los otros aspirantes quienes dijeron no a los debates

            Así, llegamos a un primer consenso público en la sucesión presidencial de Morena, en la que los precandidatos señalados por López Obrador alcanzan un punto de acuerdo

      El punto es que habrá debates y eso enriquecerá a los precandidatos, a Morena y al proceso electoral... lástima que la oposición no tengan con quién hacerlos

Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno y la más leal escudera del presidente López Obrador me dijo ayer que sí, que va por la Presidencia de la República

            Solo falta saber qué dice López Obrador de quien dependerá, como todos los asuntos de Morena, si hay o no debates, lo que mandará otra señal

            El reto para 2023 es nominar su candidato(a) y en 2024 mantener la presidencia de la República y lograr la mayoría calificada del Congreso

            Así lo confirmó un decepcionante Tata Martino, quien como sus antecesores, llegó, perdió, cobró y se fue, dejando a la afición mexicana el mensaje profundo, del payasito de Pachuca

            Y en eso va la reforma político-electoral de López Obrador, pero ya no como la quería, por falta de votos para la mayoría calificada, que es lo esencial