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¿Quién tiene la culpa de que su celular dure poco tiempo?
Foto de Pixabay.

El hecho de que usted tenga que cambiar su celular, auto o televisor cada cierto tiempo tiene su origen en un viejo invento: los focos.

Hoy, las nuevas tecnologías de iluminación permiten tener focos más duraderos en casa, pero hasta hace unos años ninguno duraba más de 1,000 horas, y esto no es casualidad, ya que para eso fueron pensados con el fin de vender una mayor cantidad de unidades de ese producto.

A esto se le conoce como “obsolescencia programada” y data de inicios del siglo XX.

Todos de acuerdo

En 1924, la industria se peleaba por fabricar la bombilla de luz más duradera del mercado, pero William Meinhardt, el entonces director de la empresa alemana de iluminación Osram, tuvo una idea que funcionaría mejor en términos comerciales: crear focos que duraran menos.

Unos días antes de la Navidad de ese año, Meinhardt reunió en Suiza a los fabricantes de focos más importantes del mundo de ese entonces –como Philips y General Electric– y sugirió que firmaran un pacto que contemplaba que todos producirían desde ese momento bombillas que duraran un máximo de 1,000 horas.

El acuerdo fue aceptado por este grupo que desde entonces fue conocido como “Cártel Phoebus”.

Estándar de todas las industrias

Con ese pacto, se terminó de un plumazo con la competencia que buscaba crear focos duraderos a pesar de que desde esos días se contaba con la tecnología que podía lograrlo.

De esta manera, la gente compraría focos de con mayor regularidad sin importar la calidad del producto, ya que todos serían prácticamente iguales, al menos en duración. La estrategia publicitaria que se usó para convencer a los consumidores fue asegurar que con esto se lograba una mejor iluminación, lo cual, en parte, era cierto.

Aunque hay quienes dicen que esta historia es más bien una mito, lo que sí es cierto es que prácticamente todas las industrias tomaron eso como un estándar que permanece vigente hasta hoy.

La obsolescencia programada es lo que hace que usted compre una computadora nueva después de cierto tiempo o deba actualizar el software constantemente, inclusive es el motivo que ha hecho que la caducidad de algunos alimentos o medicinas sea más corta de lo que podría ser.

Preocupa a los usuarios

En Latinoamérica, 72% de los usuarios de smartphones dicen que su principal preocupación con respecto a estos dispositivos es que se vuelven obsoletos en muy poco tiempo, lo que los obliga a cambiarlos en periodos cada vez más cortos.

Esto lo reveló un estudio presentado por la empresa HMD Global –actual fabricante de los teléfonos Nokia– donde también destacó que 80% de los encuestados opinó que este fenómeno puede convertirse en un problema grave para el medio ambiente en el futuro.

Las principales preocupaciones de los usuarios latinoamericanos con respecto a la obsolescencia programada de sus smartphones son la baja en el rendimiento de la batería (48%), la reducción en capacidad de almacenamiento (48%), que se vuelven lentos (35%), que se sobrecalientan (28%), que el diseño comienza a lucir pasado de moda (19%), que el software está desactualizado (13%) y que los equipos quedan desprotegidos frente a amenazas de virus (9%).

Asimismo, 98% de las más de 2,000 personas de Argentina, Chile, Colombia, México y Perú que participaron en este estudio consideró que las actualizaciones de software son imprescindibles para que su teléfono no se vuelva más lento con el tiempo.

Por ahora, esta compañía está trabajando con Google para buscar la solución que contrarreste la tendencia de la obsolescencia programada en la industria de los smartphones, lo cual ya está pasando en otras áreas como, curiosamente, la iluminación.

Así que si usted se molesta porque su celular dura poco tiempo, puede echarle la culpa a los fabricantes de focos de inicios del siglo XX.

Con información de Carlos Tomasini