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Premio Nacional de Ciencias crea innovaciones en electroquímica para limpiar aguas
Foto de Academia Mexicana de las Ciencias

 El crecimiento de la industria textil, alimentaria, metal-mecánica, automotriz, energía y aeronáutica en las últimas décadas Querétaro y en las entidades del centro del país, presentan retos como disminuir su impacto ambiental y eficientar sus procesos de producción internos que les permitan coexistir en un creciente entorno urbano, y ser competitivos en sus respectivos nichos de mercado.

Consciente de este escenario, de la necesidad de descentralizar a la ciencia de la Ciudad de México y de la también necesaria vinculación entre los investigadores y la industria, ofreciendo opciones tecnológicas, el doctor Yunny Meas Vong fundó en 1991 el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica en Querétaro (Cideteq), centro público de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que desarrolló tecnologías para el tratamiento de agua residual, pues en la zona el agua es escasa; así como sistemas de ahorro de energía, materiales, recubrimientos, y sensores.

El ganador del Premio Nacional de Ciencia 2019, en el campo de tecnología, innovación y diseño, comentó que una de las problemáticas de la zona es el abasto de agua, así que después de entrevistas con empresas y gobierno, vio que la necesidad de incursionar en el tratamiento de agua residual, pues en un estado en donde el clima es seco y semiseco, no hay ríos y los pozos escasean.

“Tenemos una patente de tratamiento de aguas para establos y rastros; los residuos suelen contener grasas, aceites, orina y nitrógeno. Ya está transferida esta tecnología. Vimos que había mucho trabajo qué hacer en Querétaro y otros estados. Hemos colaborado con pequeños productores en San Juan del Río, en Ciudad Valles, San Luis Potosí; y también cerca de Puerto Vallarta, Jalisco”, comentó el investigador emérito del Cideteq.

Meas Vong y su equipo desarrollaron una tecnología electroquímica para purificar agua, como ya no se puede poner cloro en los pozos propusieron que se utilizara sal.

En el proceso hicieron una electrólisis con sal y formaron agua clorada distinta a la que se vende comercialmente porque es neutra y contiene otros compuestos oxidantes diferentes del hipoclorito, pero con un poder de desinfección mayor. Desarrollaron los electrodos y la celda electroquímica con los cuales han trabajado con operadores de agua y usuarios de la tecnología.

“Vimos que en el sector aeronáutico utilizaban una técnica no destructiva para detectar fallas en el metal con una tinta penetrante que sometida a luz ultravioleta brilla. Si hay una fisura o un defecto la tinta lo muestra. El problema era que no podían tratar a esta tinta en el agua de enjuague, por lo que la confinaban. Desarrollamos una técnica que después patentamos y contribuimos a construir la planta de tratamiento en la empresa”, mencionó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

Meas Vong y su equipo del Cideteq han colaborado con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el desarrollo de una tecnología para el lavado y desinfección de frutas y verduras que funciona con celdas solares, en lugar de energía eléctrica de la red; una vez que la tuvieron la transfirieron a una cooperativa de nopales, con apoyo gubernamental, siendo su costo de operación casi nulo, comentó el doctor-ingeniero en electroquímica del Instituto Politécnico Nacional de Grenoble, Francia.

Otro nicho explorado ha sido con energías alternas a las convencionales; hoy en día trabajan en paneles de energía solar de policarbonato pues los convencionales de vidrio son pesados e inflexibles, lo que hace que se rompan con frecuencia; el policarbonato en cambio es ligero y no se rompe, por lo que aumenta su tiempo de vida y disminuyen los costos de la infraestructura correspondiente a los sistemas de seguimiento del sol, así como en la fabricación de espejos parabólicos por su flexibilidad.

“Estamos diseñando una parábola solar para obtener calor y deshidratar frutas y verduras para su conservación. Este proceso actualmente utiliza mucho gas. Cuando un productor transporta la fruta y verdura a una empresa deshidratadora, 90 por ciento de su peso es agua. Lo ideal es que se deshidraten en el sitio de producción pues algunos de los principales problemas de los pequeños productores son que venden barato y se les echa a perder su cosecha pronto”.

Con in formación de López-Dóriga Digital