
El concurso de clavadas de la NBA fue este año uno de los más espectaculares de la historia
Zach Lavine, de Minnesota, revalidó su título como rey de las clavadas en la NBA, luego de imponerse imponerse el sábado en una final memorable a Aaron Gordon, de Orlando, con cuatro evaluaciones perfectas de 50 puntos.
Otro jugador de Minnesota, Karl-Anthony Towns, triunfó en el concurso de destrezas, mientras que Klay Thompson, de Golden State, se impuso en el de disparos de tres puntos, como parte de las actividades previas al Juego de Estrellas que se llevará a cabo este domingo.
LaVine y Gordon libraron un apretado y espectacular duelo en los primeros dos intentos de la ronda final. Hicieron falta dos rondas de desempate para definir al ganador.
Gordon recibió una nota de 47 puntos mediante un giro de 360 grados, que emuló el realizado hace 23 años por Harold Miner, en su cuarta clavada. Esa evaluación imperfecta abrió la puerta para que Lavine se impusiera.
El base de los Timberwolves puso el broche de oro a la competición saltando casi desde la línea de tiros libres. En el aire, se pasó el balón por entre las piernas y lo retacó en la cesta ante la enésima exclamación de asombro que emitió el público durante la noche.

Gordon no se llevó el premio, pero sí logró quizás la clavada más espectacular y original de la noche, con ayuda de la mascota de su equipo, Stuff the Magic Dragon.
Saltó por encima de la mascota, para quitarle el balón de la cabeza, antes de pasarlo entre las piernas y encestar.

Lavine es apenas el cuarto jugador que gana este concurso en años consecutivos. Los otros fueron Michael Jordan (1987-88), Jason Richardson (2002-03) y Nate Robinson (2009-10).
En el concurso de triples, Thompson logró algo de lo que pocos pueden jactarse en la liga. Venció a Stephen Curry.
Thompson superó a su compañero de los Warriors, al terminar la ronda definitiva con 27 puntos, cuatro más de los que Curry obtuvo.
Y en la competición de destrezas, Towns venció a Isaiah Thomas, el armador novato de los Celtics de Boston.
Con el triunfo de Towns, un pívot, quedó claro que los jugadores corpulentos que se desempeñan en esa posición han evolucionado. En la actualidad no solo ejercen una presencia imponente como postes, sino que tienen la capacidad de hacer jugadas.
En el primer año en que se permitió que los aleros y pívots compitieran contra los bases en este duelo que premia el manejo de balón, la certeza de los pases y los disparos desde el perímetro, Town derrotó a Draymond Green, de Golden State, y a DeMarcus Cousins, de Sacramento, en la fase disputada entre los gigantes.
Al final, superó a Thomas.
Redacción